El pasado 9 de marzo una chica sufría una agresión sexual mientras paseaba en el parque fluvial de Sant Boi de Llobregat (Baix Llobregat). El presunto agresor, un hombre de unos 30 años, la abordó por la espalda tocándole las nalgas y cuando la joven se giró, la tumbó en el suelo y le metió los dedos en la boca para evitar que gritara. El forcejeo entre los matorrales, sin embargo, llamó la atención de otra persona que caminaba por los alrededores, y su presencia hizo que el atacante huyera precipitadamente.
Hasta la ribera del río Llobregat, donde ocurrieron los hechos, se desplazaron una patrulla de los Mossos d'Esquadra y una ambulancia del Sistema de Emergencias Médicas (SEM), que atendieron a la víctima. La joven relató lo ocurrido a los agentes, y formalizó la denuncia al día siguiente, acompañada de su padre.
Agrede a otra chica semanas después
El presunto agresor escapó, y tres semanas después, el 30 de marzo, volvió a atacar a otra joven, según ha adelantado El Periódico. En esta ocasión, decidió actuar en el centro de Sant Boi, con la casualidad de que la primera víctima se encontraba con su padre en la misma calle, y lo reconoció. Al enterarse el padre de quién era aquella persona, decidió seguirla después de haber llamado a los Mossos.
Los dos hombres entraron en un edificio próximo, donde el padre de la primera víctima descubrió que el presunto agresor estaba siguiendo a otra chica, a la cual también pretendía agredir. Lo confrontó, hecho que la joven aprovechó para poder escapar. El hombre intentó huir de nuevo, pero a las puertas le esperaban varios agentes de los Mossos d'Esquadra, quienes lo detuvieron in situ. Posteriormente a su arresto, el hombre pasó a disposición judicial, y el magistrado encargado del caso decretó prisión preventiva, a causa de los indicios delictivos y al riesgo de reincidencia del detenido.