El juicio contra la chica de 30 años acusada de haber abusado sexualmente de su hijastro menor de edad el 2017 en Cornellà de Llobregat, visto por sentencia. Núria N.M., que está acusada de haber mantenido relaciones sexuales con el menor, en contra de la voluntad del joven, aprovechando que el padre del chico y su expareja no eran en casa, niega los hechos.

El joven, que ya ha cumplido los 18 años, ha explicado su versión, y ha explicado, tal como también recoge la Fiscalía en su escrito de acusación, que la mujer había abusado sexualmente de él. Ella era mayor que él pero también mucho más joven que el padre de él, la pareja de ella. Los dos tenían una relación casi más de amigos que de madre-hijo.

Entraba en su habitación, según la víctima

Algún mediodía, cuando estaban los dos solos, o alguna noche, cuando el padre ya dormía, la mujer entraba en su cama y le hacía cosquillas; ratificando la versión de la acusación, tal como recoge la Agència Catalana de Notícies. El chico ha explicado que al cabo de unos días lo empezó a "guiar" para que el chico le hiciera tocamientos sexuales, y finalmente ella le hizo tocamientos y lo obligó a penetrarla vaginalmente y hacerle sexo oral. Los tocamientos se produjeron entre 15 y 30 veces, mientras que las relaciones completas tuvieron lugar siete u ocho veces, todo durante la primavera del 2017.

La situación estalló cuando el padre echó de casa a la mujer por desavenencias de pareja; si bien la chica tenía 30 años en el momento de los hechos, el padre de la criatura tenía 17 más. Después de dejar estar la relación, el hombre supo que el chico había confesado los abusos sexuales a sus primas, que, al mismo tiempo, lo explicaron a sus madres, tías maternas del joven. Estas lo dijeron a su hermana, madre del chico, que poco después llamó a los Mossos d'Esquadra para denunciarlo.

La acusada ve una venganza contra ella por parte de su padre

La acusada ha explicado que la relación con el padre de la víctima empezó en el 2013 y convivía habitualmente con el menor y su hermana pequeña cada dos semanas, ya que el padre tenía la custodia compartida. Tanto ella como los padres del menor y la misma víctima han explicado que la relación fue buena durante mucho tiempo y que los trató como si fueran sus hijos. Fue hacia el 2017 cuando la relación de la pareja, que ya había pasado altibajos, empeoró.

Habitación / StockSnap

La chica entraba en la habitación del chico, la víctima, y abusaba sexualmente de él, según la acusación y la Fiscalía / ElCaso.com

Según la mujer, el chico estaba "obsesionado" con ella y la quería ver aunque aquella semana le tocara estar con su madre. "Eres la mejor persona que he conocido" o "espérame que haga 18 años", le habría dicho el chico a la mujer, según la defensa. Además, considera que el padre no se hacía cargo de los hijos y le hacía tener celos. En cambio, el padre ha explicado que pasaba problemas económicos, tenía que trabajar muchas horas y se dedicaba sobre todo a la hija pequeña, cosa que generaba celos en la mujer.

"Manipulado por el padre", asegura

La acusada asegura que en ningún momento le habría pasado por la cabeza abusar sexualmente del chico, y cree que el joven ha sido manipulado por su padre y su antigua pareja para odiarla como una venganza. De hecho, en su último turno de palabra, ha asegurado que el joven "quería" verla y que por eso incluso después de denunciarla iba cerca de casa suya para verla, cosa que el joven ha negado.

El menor no la rechazaba pero quedaba "bloqueado"

El menor ha explicado que un día se la encontró desnuda en su habitación y que él huyó a la cocina. En otras situaciones él se vio "bloqueado" y sin saber como reaccionar. "Yo hacía lo que ella se me decía, no había consentimiento", ha dicho. "No la rechazaba, pero no sabía como expresar que no quería", ha añadido. Incluso ha explicado que la mujer le había preguntado: "Si tu padre no me hace un hijo, me lo harías tú?". Ha explicado que se sentía culpable y estaba preocupado por como podría reaccionar su padre. Posteriormente tenía miedo de encontrársela, insomnio y pesadillas, ha explicado, cosa que han ratificado los forenses.

El padre del chico ha explicado que el menor tenía muy buena relación con su expareja, pero también con él, aunque se fue distanciando de él. A causa de desavenencias, él echó de casa a la mujer antes de conocer los abusos. Cuando lo supo, se creyó la versión del chico, porque "no es un mentiroso". También se lo creyó la tía materna del joven, que lo vio "nervioso y preocupado". "Se sentía mal porque no sabía como salir", ha explicado.

Los forenses compran la versión de la víctima

Los psicólogos y psiquiatras que trataron al menor una vez denunciados los hechos han explicado que ven "muy probable" los abusos y plenamente compatible el relato del chico con el trastorno por estrés posttraumático que sufría. Así, ven normal que tuviera sentimientos de culpa y rabia al mismo tiempo, que estuviera "hiperalerta" y con una conducta "evitativa" ante algún posible encuentro con la mujer, en más de un cierto aislamiento, pesadillas o miedo.

Han admitido, que el chico podía estar "deslumbrado" por la mujer, porque era más de su edad que su padre, e incluso se podía sentir "atraído" por ella, pero eso no quiere decir que quisiera mantener relaciones sexuales y menos todavía aceptarlas. Podía oír placer físico en aquellos momentos, pero no le gustaba ni quería mantenerlas, han explicado. A preguntas de la defensa han negado que la versión del chico pueda estar contaminada por falsos recuerdos inducidos por el padre o por deseos insatisfechos.

La mujer se enfrenta a una pena de 12 años de prisión

La fiscalía le pide 12 años de prisión y 20.000 euros de indemnización para la víctima, a más diez años de libertad vigilada y diez más de prohibición de acercamiento o comunicación, por un delito continuado de abuso sexual a menor de 16 años.