Un joven turista ha muerto este viernes mientras saltaba desde unas rocas en la playa de Cala Varques, en Manacor (Mallorca). La víctima, de 26 años, se lanzó desde una altura de 12 metros, pero calculó mal el salto y, en vez de caer al agua, impactó contra las rocas, golpeándose la cabeza y perdiendo el conocimiento. Un velero que pasaba por los alrededores le rescató, pero no pudieron hacer nada para reanimarlo. El joven era uno estadounidense, originario de California, y estaba de vacaciones con su pareja.
Rescatado del agua por los tripulantes de un barco
Después del desafortunado salto, el joven quedó inconsciente en el agua. Su pareja, que estaba con él en el momento del accidente, no pudo hacer nada para ayudarlo. Los tripulantes de un velero que justo pasaba por la zona fueron testigos de lo ocurrido, y redirigieron el rumbo de la nave para poder sacarlo del agua e intentar salvarlo. Mientras llegaban llamaron a los servicios de emergencia, quienes se desplazaron rápidamente hasta el lugar del incidente.
El joven se había dado un fuerte golpe en la cabeza al impactar contra las rocas de la cala. Cuando le rescataron, todavía respiraba, pero estaba en una condición muy crítica. Inmediatamente, le acercaron hasta la playa, donde les esperaban dos ambulancias. Hasta el lugar se desplazaron también patrullas de la Policía Local y de la Policía Nacional, así como una lancha de Salvamento Marítimo. Después de un largo rato intentando salvarle la vida con maniobras de reanimación, los paramédicos tuvieron que desistir en su intento, y decretaron su muerte. Los efectivos de Salvamento Marítimo trasladaron el cadáver hasta la localidad de Porto Cristo para llevarlo al Instituto Anatómico Forense para poder practicarle la autopsia.
Zona muy peligrosa
Las rocas y precipicios característicos de Cala Varques son el escenario de numerosos accidentes de este tipo. Cada año, turistas de todas partes, y también gente de la isla, aprovechan las rocas para saltar al agua. Esta práctica es muy peligrosa, ya que la base de la cala está llena de rocas y muchas de ellas están escondidas, haciendo que el cálculo del salto desde el acantilado hasta el mar sea una cuestión de suerte que, desgraciadamente, muchas veces acaba mal.