Los Mossos d'Esquadra han desarticulado una secta que desde Barcelona, y durante casi diez años, ha manipulado psicológicamente a personas para abusar sexualmente de ellas. La policía catalana, en una investigación de la Comisaría General de Información (CGINF) ha detenido a tres personas e investigan a otra, como presuntos autores de diversos ilícitos en un contexto de manipulación psicológica grupal, delitos principalmente de asociación ilícita, abusos sexuales y vejaciones, según han informado en una nota de prensa.
Entre los detenidos está el líder de la secta, un hombre de 66 años de nacionalidad española. También su pareja sentimental, una mujer de nacionalidad española y 50 años. Una tercera mujer, italiana, de 43 años, colaboradora del líder y pieza clave que presuntamente hacía funciones de captación de nuevos miembros y participaba activamente en los abusos y vejaciones también fue detenida. Una última mujer también ha sido denunciada por su participación en la captación de nuevos perfiles por la secta.
Imágenes de la detención del hombre, en el Berguedà / CME
El líder del grupo que se autollamaba "maestro iluminado" y fue detenido este pasado martes en la Pobla de Lillet, en la comarca del Berguedà. La principal acción de esta secta, escondida tras un grupo de "crecimiento personal" se desarrollaba en un piso de Barcelona.
La investigación se inició a mediados de septiembre de 2020, cuando los Mossos tuvieron conocimiento que un grupo de personas habría sido víctima de diferentes abusos psicológicos y sexuales en el marco de un grupo de carácter psicoterapéutico. Algunas de las víctimas formaron parte de este grupo en torno a unos diez años, según denunciaron a la policía.
Objetivo: personas con vulnerabilidad psicológica
El líder y las tres mujeres que captaban a los nuevos integrantes de la secta buscaban personas en circunstancias de vulnerabilidad psicológica, por posibles rupturas sentimentales o el desarraigo causado en la llegada a un nuevo lugar de residencia. Circunstancias como estas habrían actuado como factores de vulnerabilidad y podrían haber favorecido su captación por parte del grupo manipulativo.
La captación se hacía mediante el boca a oreja, y había una miembro del grupo que cubría esta función principalmente. Cuando detectaba a alguna persona en un momento vital vulnerable, hablaba positivamente sobre su "maestro". Después contactaban, y si los aceptaban empezaban con una sesión individual, poco a poco los introducían en sesiones grupales.
Las sesiones se llevaban a cabo principalmente en un domicilio de Barcelona y podían combinar meditación y otras actividades, que podían durar horas, así como llevarse a cabo en retiros de fin de semana. Estas actividades, donde se combinaban el cansancio físico, con poca alimentación y privación de sueño, provocaban un debilitamiento psicofísico de las víctimas haciéndolas más vulnerables y más influenciables, resignándose a la voluntad del líder. Por otra parte, las actividades y el secretismo que imperaba contribuían al distanciamiento de su entorno de referencia y reforzaban el sentimiento de pertenencia al grupo.
Abusos sexuales con la excusa de sesiones curativas
Un aspecto central de algunas de las sesiones radicaba en la realización de actividades de carácter erótico y sexual con los miembros del grupo. Las argumentaciones para realizarlas serían pretendidamente para superar resistencias internas, traumas o complejos.
Líder de la secta: "El Maestro"
El líder de la secta era un hombre de 66 años de nacionalidad española, que era el encargado de dirigir las actividades del grupo y que conducía las prácticas individualizadas con algunos de los miembros por separado. En estas actividades era ayudado por su pareja sentimental, así como por dos mujeres más en diferente medida.
El líder del grupo se atribuía conocimientos y capacidades para hacer crecer espiritual y emocionalmente a las víctimas, a quienes se refería como "alumnos". Se ganaba su confianza y obtenía todo tipo de informaciones que posteriormente utilizaba para manipularlas psicológicamente, llegando a ejercer un gran control sobre varias esferas de su vida. Las víctimas pagaban para asistir a diferentes tipos de sesiones para obtener nuevos conocimientos, mejorar su estado anímico y, potencialmente, alcanzar la pretendida "iluminación".
Los pagos que efectuaban los "alumnos" para las sesiones y actividades formaban parte del modus vivendi del líder del grupo, quien utilizaba técnicas de manipulación psicológica para captar, adoctrinar y mantenerlos en el grupo.
Pruebas sexuales en los miembros de la secta
Durante las sesiones el líder del grupo les hacía pasar pruebas, muchas veces de contenido sexual, e iba elevando la dificultad a medida que iba venciendo los límites de sus seguidores. Establecía normas de control muy estrictas, como prohibir hablar de lo que hacían a las sesiones o perjudicar y evitar las relaciones de los miembros fuera del círculo. En caso de que incumplieran las normas o directrices del líder se les imponía castigos y vejaciones. A veces hacía que también participaran en los castigos otros miembros del grupo. La dependencia psicológica y el grado de manipulación era tal que las víctimas tenían un gran temor a ser expulsados del grupo.
Las prácticas abusivas llegaron al extremo de abusos sexuales, así como el sometimiento a varios tipos de humillaciones. Las personas afectadas habrían sufrido varios tipos de abusos durante años. Entre los hechos denunciados se incluye, incluso, el intento de modificar la orientación sexual de alguna de las víctimas, en lo que se podría considerar un contexto de vejaciones de carácter homófobo.
Todos los detenidos, en libertad
Los detenidos tres detenidos pasaron a disposición judicial y quedaron en libertad con cargos.