El abogado de Daniel Sancho, el chef de 29 años acusado de haber asesinado al cirujano colombiano Edwin Arrieta en Tailandia, ha comparecido ante la prensa este martes después de reunirse con su cliente en la prisión de Koh Samui, en el sureste del país. "Él sabe lo que hizo. Quiere planear la vida en la prisión", ha asegurado, reforzando, así, la confesión que el mismo Sancho hizo poco después de ser detenido este viernes. El magistrado que instruye el caso ha denegado la solicitud de libertad provisional para el hijo del actor Rodolfo Sancho, y desde este lunes que está entre rejas.
Los hechos de los que se le acusa tuvieron lugar el pasado jueves. Sancho y Arrieta llegaron a la isla de Ko Phangan para asistir a una fiesta de luna llena. No obstante, y según las declaraciones del mismo Sancho, se enzarzaron en una fuerte discusión, que acabó de la peor manera posible. Sancho empujó al colombiano, quien se cayó de espaldas y se dio un fuerte golpe en la cabeza. Después de eso, el joven descuartizó su cadáver, lo escondió en bolsas de basura y las tiró en un vertedero, donde fueron encontradas al día siguiente por los trabajadores de la planta.
Tardó tres horas en descuartizarlo
Según el medio local Bangkok Post, Daniel Sancho habría tardado hasta tres horas en desmembrar el cuerpo de Arrieta. El rotativo tailandés ha asegurado que los detalles de este macabro crimen los ha desvelado el mismo Sancho durante el interrogatorio. Después de la caída de Arrieta, al ver que no reaccionaba, decidió descuartizarlo en 14 partes, escondiéndolas en varias bolsas de las que se desprendió entre un vertedero y el mar. Seguidamente, habría vuelto a la habitación del hotel donde tuvieron lugar los hechos, e intentó limpiarlo todo, pero los investigadores encontraron restos de sangre en el desagüe. Todo eso antes de marcharse con dos chicas a la fiesta donde pretendían ir con Arrieta.
Reconoce el vínculo sexual
En el momento de su detención, Sancho ya afirmó que el móvil del asesinato fue un ataque de celos. Finalmente, ha reconocido que hacía aproximadamente un año que mantenía relaciones sexuales esporádicas con el colombiano, a quien conoció por Instagram, pero que el colombiano le amenazó con difundir imágenes íntimas cuando Sancho le comunicó que quería poner fin a la relación. Esta amenaza habría motivado al chef español a cometer el asesinato.
Y es que las autoridades tailandesas sostienen que el crimen fue premeditado. Las pruebas que tienen contra él son contundentes: las imágenes de la cámara de seguridad de un supermercado donde Sancho compró un cuchillo de grandes dimensiones, una sierra y bolsas de basura, días antes de la muerte de Edwin Arrieta. La confesión de Sancho, sin embargo, tiene sus matices: "Soy culpable, pero yo era su rehén. Me hizo destruir la relación con mi novia, y me obligó a hacer cosas que nunca habría hecho", aseguró desde la prisión. El hijo de Rodolfo Sancho se enfrenta a la pena capital, procedimiento legal en Tailandia, uno de los países con los castigos más duros contra los delitos de homicidio.