El dia 31 de maig va ser assassinada la Yaiza, una nena de quatre anys, a Sant Joan Despí. La nena va aparèixer morta a casa de la seva mare Cristina, amb qui vivia segons la setmana de custòdia, que compartia amb el progenitor, el Sergio. Segons les investigacions dels Mossos, va ser la mare qui presumptament va matar la filla. La va drogar i després la va ofegar amb una bossa de plàstic.
Ella, amb uns medicaments que havia aconseguit de la clínica on treballava, es va intentar matar, però els sanitaris del SEM van poder-la reanimar. Segueix ingressada al Moisès Broggi de Sant Joan Despí. En canvi, res es va poder fer per salvar la vida de la menor d'edat.
La mare, a presó
A final de la setmana passada la mare ja va poder ser interrogada per videoconferència des de l'hospital i va explicar com havia matat a la nena i també què la va portar, presumptament, a assassinar-la: la venjança i voler fer mal al pare de la criatura. El magistrat de guàrdia en va decretar el seu ingrès a presó provisional.
El pare publica una carta i demana evitar polititzar el crim de la Yaiza
El pare de la nena, destrossat, ha escrit una carta a la seva filla a la qual ha tingut accés El Periódico. En la carta, que serveix de comiat de la Yaiza, el Sergio recorda el cas de les dues nenes de Tenerife, un cas de violència vicària, que el pare, Tomàs Gimeno, va fer servir per fer mal a la mare, Beatriz Zimmermann, i també demanar evitar polititzar el cas de la seva filla.
El pare sí que demana una reflexió sobre com van reaccionar les autoritats, locals i nacionals, sobre el cas de l'assassinat de la seva filla. Oficialment el Govern de la Generalitat va condemnar el crim en una declaració, en una roda de premsa, de la portaveu Plaja i els municipis de Sant Boi -on viu el pare- i Sant Joan Despí van evitar fer minuts de silenci. Avui, a petició de la família, el consistori que lidera Lluïsa Moret, a Sant Boi, ha organitzat a dos quarts de vuit del vespre un minut de silenci davant de l'Ajuntament.
La carta del pare de la Yaiza, la nena assassinada a Sant Joan Despí
Anna, Olivia, cuanta tristeza ha provocado vuestra muerte. Desde casa cruzaba los dedos como seguro hacían millones de personas deseando que ese monstruo no hubiera llegado a hacer lo que lamentablemente se confirmó la semana pasada. Nadie y mucho menos un padre puede creerse en el derecho de poder decidir cuando acaba la vida de sus hijas. Los niños deberían ser felices. La infancia debería ser sagrada. Pero el machismo no lo entiende e incluso utiliza a las personas más inocentes que existen para hacer daño a las madres. Es una lacra que debemos seguir combatiendo como sociedad. Sin relajarnos. Hasta conseguir erradicarlo. Hasta que todas las mujeres, hasta que todos los niños puedan sentirse seguros.
Beatriz, te quiero expresar todo mi apoyo y solidaridad. Ojalá algún día sea lo suficientemente fuerte para poder ayudarte si crees que te puedo ser de alguna ayuda. Puedo imaginar el terrible dolor que sientes ahora mismo. Yo también perdí a una hija el pasado 31 de mayo. Su madre no mostró ningún respeto por la vida de Yaiza y se la llevó con el único objetivo de hacerme daño. Me lo ha hecho, sin duda. Nunca había sentido tanto dolor. No creo que deje de sentirlo. No le importó que sólo tuviera 4 años y toda la vida por delante. Todavía tenía que aprender a nadar sin manguitos o a montar en bicicleta sin los ruedines. Tenía que soplar tantas velas de cumpleaños.
Ella también es un monstruo. Todos lo son. Ahora me pregunto cómo no pude verlo. Me dicen que asuma que no había nada que yo hubiera podido hacer para evitarlo. Pero yo no puedo dejar de pensar en que le he fallado a mi hija. Perdóname, cariño, lo hubiera dado todo por protegerte de cualquier peligro.
Los últimos días me he sentido arropado por familia, amigos y vecinos. Hoy su pueblo la recordará en minuto de silencio. Han pasado casi tres semanas. Hubiera preferido que fuera antes, aunque el ayuntamiento se ha mostrado siempre cercano. Hubiera preferido también que el resto de instituciones hubieran condenado unánimemente el crimen. Muchas optaron por no hacerlo. No es mi intención reprocharle nada a nadie porque supongo que no sentían que fuera necesario. Sí quiero hacer una reflexión pública sobre ello. Me gustaría que se recordara que la víctima es ella. Se llamaba Yaiza y tenía 4 años. Que se olviden de mí. Incluso que se olviden del monstruo, que espero que pase cuentas con la justicia. Que piensen en ella, en Yaiza.
Huyo de lecturas políticas de ningún tipo. Si alguien quiere utilizar a los niños para hacerlas tendrá todo mi desprecio. Ojalá no le vuelva a pasar nunca a nadie. Que ninguna otra niña sufra a manos de su padre o de su madre. Y que ninguna otra víctima caiga en el olvido. Hoy el pueblo despedirá a Yaiza y, para acabar, me gustaría hacer una petición a los medios de comunicación que estén interesados en reflejarlo. Si alguno necesitara fotos o vídeos, por favor, eviten los primeros planos y las imágenes incómodas.
Mi vida por volver a hacer un puzle a tu lado. Te quiero y te querré siempre.
Sergio, papá de Yaiza