A las ya conocidas estafas del "hijo en apuros" y el "falso revisor del gas", se suma ahora la de la "falsa herencia". Los Mossos d'Esquadra han alertado a la ciudadanía de este nuevo e ingenioso método que han desarrollado los ciberdelincuentes y que consiste en hacer creer a la víctima que tiene derecho a percibir una suculenta herencia solo por compartir apellido con una persona -o, incluso, con una familia entera- que ha muerto y no le constan parientes directos. Si picamos el anzuelo, en vez de engrosar nuestra cuenta bancaria, estaremos dando acceso a nuestros datos a unos ladrones que, con mucha probabilidad, nos lo vaciarán.

"Nadie regala su dinero"

La policía catalana ha compartido en su cuenta de X el tipo de mensaje que nos pueden hacer llegar los delincuentes para intentar hacernos caer en el engaño, acompañado de una clara advertencia: "Vigila con la estafa de la falsa herencia con cualquier excusa, nadie regala su dinero". En el correo electrónico -medio preferido de los ladrones, junto con los SMS- una supuesta banquera nos explica, en inglés, la trágica historia de una familia norteamericana que murió en un accidente de coche hace unos años. Durante este tiempo, han estado buscando parientes directos que pudieran heredar la fortuna de 5,2 millones de dólares que los difuntos han dejado atrás, sin éxito. Para evitar que el dinero sea confiscado por las autoridades, se ponen en contacto con nosotros "dado que compartimos apellido" lo cual, en teoría, nos da el derecho a percibirlo.

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El tipo de mail que pueden recibir las víctimas de la estafa de la falsa herencia / CME.

Para que estemos tranquilos, en el mismo mail nos aseguran que todo el papeleo ya está gestionado y aprobado por medios oficiales, y la única cosa que tenemos que hacer es ponernos en contacto con ella por WhatsApp para hablar sobre los pasos que tendremos que seguir a partir de aquí. Para dar una sensación de urgencia, aseguran que, si no reclamamos el dinero en los próximos diez días, perderemos la oportunidad para percibirlos. La presión, en estos casos, acostumbra a funcionar muy bien y hace que las víctimas tomen decisiones precipitadas.

Desgraciadamente, si hacemos todo este proceso, acabaremos dando datos claves a los delincuentes que pueden utilizar para sacar dinero de nuestras cuentas bancarias o venderlas a tercero para cometer otros actos delictivos haciéndose pasar por nosotros.