Otro tipo de expat. Venir a vivir a Cataluña para instalar el negocio digital y aprovecharse de las buenas condiciones meteorológicas y de clima de nuestra casa, mientras se sigue facturando al extranjero, es una buena opción. Algunos saturan barrios de Barcelona como el Born y hacen crecer negocios que venden empanadillas y brunchs, mientras que otros, aunque sigan el mismo modus operandi, se instalan en Olot y, sin llamar tanto la atención, se dedican a hacer de banqueros del crimen organizado. Este último es el caso de un joven de 28 años, de nacionalidad rusa, que después de ser buscado por Alemania y Bélgica, la policía española lo encontró en un piso del barrio de Sant Miquel, en la capital de la Garrotxa. Aunque vivía de forma disimulada, no generaba problemas ni llamaba la atención, el joven era uno de los encargados de blanquear el dinero de la mafia rusa. Ha sido detenido y entregado a la Audiencia Nacional, que lo ha enviado a prisión, a la espera de ser entregado a las autoridades belgas, que son quienes formalmente lo reclaman, en una investigación internacional contra la mafia de origen ruso.
Desde Olot movía el dinero de la mafia rusa
La detención de este joven en Olot se hizo de manera coordinada con otras detenciones por toda Europa para desmantelar la rama de blanqueo de capitales de una organización criminal que se dedica, entre otras cosas, a la droga y a la prostitución, con personas de nacionalidad rusa, sobre todo en Bélgica y Alemania. En Cataluña, sin embargo, el protagonista de nuestra historia había instalado, enmascarado tras servidores pantalla y VPN para evitar ser localizado, el banco que servía a los criminales para mover el dinero que generaban. El detenido utilizaba un equipo VPN para sus comunicaciones. El equipo VPN o red privada virtual crea una conexión de red privada entre dispositivos a través de internet. Las VPN se utilizan para transmitir datos de manera segura y anónima a través de redes públicas, ocultando su identidad en la red y dificultando que terceros puedan seguir sus actividades y robarles los datos.
La policía belga informó a la policía española que había detectado que este hombre, que hacía de ciberbanquero para el entramado criminal, había salido de Bélgica y creían que se había instalado en el Estado español. La Unidad Central de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) de la brigada provincial de Girona asumió el caso y fue cerrando el cerco hasta poder saber, a través de las IP que pudieron intervenir, llegar a este piso del barrio de Sant Miquel, donde se escondía el joven de 28 años. Cuando se decidió explotar la investigación por toda Europa para detener a todos los integrantes de la banda criminal, se entró en su casa y se le arrestó. La Policía Nacional confiscó abundante material informático utilizado en la comisión de actividades delictivas, el cual está siendo analizado por peritos informáticos forenses de la Policía Científica y también será duplicado y enviado a la policía belga, a través de Europol, que es quien ha coordinado esta investigación internacional. Según las investigaciones policiales, el arrestado en Olot movía el dinero del entramado criminal con el objetivo de esconderlo y blanquearlo. Vivía escondido en Olot, sin llamar la atención, en un piso con pocos lujos, según ha podido saber ElCaso.com.
Cataluña, paraíso para mafias y criminales
La detención de este hombre en la Garrotxa demuestra, una vez más, la capacidad que tienen las mafias para instalarse en Cataluña y pasar, más o menos, desapercibidas. El hombre estaba en situación irregular en nuestra casa, y, a pesar de ello, había podido instalar esta oficina del ciberbanco criminal. No fue descubierto hasta que las autoridades belgas alertaron a la policía española, que inició una investigación para localizarlo. La semana pasada los Mossos explicaron que desmantelaron una organización, liderada por un matrimonio chino, que también se dedicaba al blanqueo de capitales para organizaciones criminales, en este caso, con el formato del fei chein, moviendo dinero por compensación por toda Europa.