Todo empezó el 25 de mayo del 2021 cuando Camilla Canepa, una joven de 18 años, se vacunó contra la covid-19 con el Astrazeneca y, al cabo de tres semanas, acabó muriendo. La justicia italiana está investigando la posible correlación entre la vacuna y su muerte, así como las presuntas negligencias médicas que se cometieron en este caso, que meses más tarde, han salido a la luz.

Camilla se puso la primera dosis de la vacuna y, al cabo de poco más de una semana, se empezó a encontrar mal: tenía un dolor de cabeza muy agudo y fotosensibilidad, motivo por el cual decidió ir al hospital de Lavagna, una ciudad de Génova, en Italia. La joven estuvo un día ingresada en el hospital, donde le hicieron una prueba de tomografía computarizada, que es un examen médico que se hace de manera tecnológica para detectar hemorragias y lesiones en el interior del cuerpo.

Los médicos no relacionaron los problemas de Camilla Canepa con la vacuna

Aunque en los resultados de estas pruebas se podía apreciar que las plaquetas caían bruscamente, le dieron el alta al día siguiente, explica El Mundo. Los médicos no relacionaron los problemas de salud de Camilla con un posible efecto adverso de la vacuna.

Dos días después, su estado empeoró drásticamente e ingresó en el hospital con un pronóstico grave por culpa de una trombosis y, a pesar de los esfuerzos de los sanitarios, acabó muriendo el 10 de julio. En este caso, los médicos piensan que hay correlación entre la trombosis y la vacuna, unos hechos que están siendo investigados por la justicia italiana.

Camilla Canepa es una chica de 18 años que murió en Italia después de vacunarse con Astrazeneca, unos hechos que están siendo investigados por la justicia / Archivo

Los médicos no notificaron que la joven llevaba una dosis de Astrazeneca

Ha salido a la luz un detalle que puede ser clave para la investigación: cuando pasaron los hechos, los minoritarios efectos adversos de Astrazeneca ya eran conocidos por los médicos, pero cuando la Camilla ingresó en el hospital, estos no apuntaron que la joven de 18 años llevaba la primera dosis, aunque los padres de la chica lo explicaron a los sanitarios desde el primer momento.

De hecho, la misma Camilla envió un mensaje a un conocido explicándole que estaba ingresada en el hospital por culpa de la vacuna, avanza El Mundo. Así pues, la pregunta que se hace todo el mundo es: ¿si ya se sabía este afecto adverso y que la chica llevaba la primera dosis, por qué nadie lo anotó en el historial médico de la víctima? Esta pregunta tendrá que ser respuesta por los investigadores, que están intentando averiguar más detalles para saber qué pasó.

A pesar del caso de Camilla, las autoridades sanitarias explican que la vacuna Astrazeneca es una vacuna segura. La trombosis es un afecto adverso muy extraño y que representa una cifra ínfimamente pequeña con relación al total de personas inmunizadas con esta vacuna.