Los agentes que trabajan de paisano en grupos de delincuencia urbana de los Mossos d'Esquadra, de cualquier comisaría del país, no saben qué se encontrarán en cada jornada. Conocen casi por el nombre los habituales de las calles, a sus clientes. Y se las ven de todos colores. Cada día es un día nuevo, un día que está por escribir. Pero para Paco y Elias habrá un día que recordarán para siempre, y más ahora, que uno de ellos dos ha ganado el rango de cabo y cambiará de destino. Son binomio a los Fura de Sabadell, pero no esconden, vete a saber si contagiados por la emoción de ser galardonados al acto de las Esquadres de la Región Metropolitana Norte, que, además de compañeros, son amigos.

Dos ladrones pusieron un cuchillo en el cuello a una mujer

El día de los hechos una llamada los puso en alerta. Un compañero fuera de servicio vio dos habituales por una zona de comercios de Sabadell y avisó al grupo de paisano, los localizaron y los siguieron. Los dos, dos hombres españoles, los dos con problemas con las drogas, estaban sentados en un banco delante de un supermercado. Alguna querían hacer, Paco y Elias estaban convencidos de ello. Qué, lo diría el tiempo. Para evitar que los detectaran, el binomio se separó para poder controlarlos desde la distancia.

No tardaron a ponerse en marcha. Se taparon la cara y se pusieron una capucha. Siguieron a una de las trabajadoras de una de las tiendas y al dar la vuelta a la calle la asaltaron. Uno le puso un cuchillo en el cuello mientras el otro lo registraba para encontrar el dinero. Sabían que cada día el lunes al mediodía salían a ingresar el dinero. Llevaba 13.000 euros. La mujer gritaba, la gente se lo miraba, pero no sabía qué hacer. El asalto duró pocos según. Los dos agentes aparecieron. Elias fue por el suelo para detener a uno de los dos ladrones. Paco fue a por el ladrón que tenía el cuchillo. Se intentó girar, para apuñalarlo. El agente se puso la mano en la pistola, pero el malhechor se echó a correr. Elias, desde tierra, mientras intentaba esposar al primer ladrón, pidió ayuda por la emisora, avisando de que su compañero corría solo detrás de uno de los ladrones, que además, iba armado. Casi un kilómetro corriente, y finalmente lo pudo detener.

Los dos ladrones, habituales de la zona y que acumulan detenciones y antecedentes, fueron acusados de un delito de robo con violencia. Los dos hombres estaban bajo el síndrome de abstinencia, estaban muy nerviosos, y si bien no tenían intención de hacer daño a la cajera, y le pusieron el cuchillo en el cuello y habría podido acabar muy mal. Estaban muy nerviosos, los dos ladrones, explican los dos agentes que los pudieron detener. "Le habrían podido hacer daño", explican a ElCaso.com desde Mollet, después del acto de las Esquadres de la Región Metropolitana Norte y después de ser condecorados. Paco y Elias están contentos de ser condecorados, y aceptan que forman parte de un equipo, el de los policías de paisano, como los agentes de seguridad ciudadana, que son la primera línea para garantizar la seguridad de los ciudadanos.

Sonrisa de orgullo, el orgullo de ser policía

Y si bien ahora Paco está acabando el curso de cabo allí mismo donde ha sido condecorado, y quizás no volverá a trabajar con Elias, el currículum y los recuerdos no se los sacará nadie. Mañana, al día de las Esquaderes de la comisaría de Sabadell recibirán dos felicitaciones más por dos acciones meritorias más. Mucha gente se acerca para felicitarlos y el orgullo de ser policía se ha convertido en una sonrisa que, inconscientemente, hoy no se sacan de la cara. Ya habrá días cuando no puedan sonreír, piensan.