El Juzgado de Instrucción número 6 de Figueres ha dado un ultimátum para los secuestradores del perro Lucky en Navata, en el Alt Empordà (Girona), el pasado noviembre: tienen tres días para devolver el animal a sus propietarios o confesar dónde han enterrado sus restos. El juzgado estima, así, de manera parcial, la petición de medidas cautelares que pide la acusación particular, ejercida por la asociación Lex Ànima. En caso de no cumplir con este requisito, procederán a pedir el registro del domicilio de Banyoles donde la investigación de los Mossos d'Esquadra sitúa al perro por última vez. En concreto, el juzgado podrá autorizar "expresamente la unidad científica para hacer las tareas de localización, excavación y análisis forense dirigidos en busca del animal o sus restos". Aun así, el auto no es firme y se puede recurrir en la Audiencia de Girona.
El autor material del secuestro, detenido, pero el perro no aparece
El febrero pasado, los Mossos d'Esquadra detuvieron a un hombre de 51 años a quien se acusa de ser el autor material del secuestro. Los otros dos implicados son un hombre de 42 años, un agente de la Policía Local de Banyoles, quien habría sido la persona que encargó la sustracción ilegal del Lucky, y un joven de 29 años, el conductor habitual de la furgoneta en la que se lo llevaron de su casa; los dos están denunciados penalmente. La jueza que lleva el caso ha argumentado que hay "indicios suficientes" que apuntan a que los tres investigados participaron del robo. "El perro fue sustraído y posteriormente trasladado en una furgoneta, donde se localizó la chapa identificaba y pelo del animal". Desde entonces, no se ha sabido nada más.
Hace más de medio año que el Lucky desapareció y, a estas alturas, las esperanzas de poder encontrarlo con vida son prácticamente nulas. La principal hipótesis de los investigadores, según adelantó ElCaso.com, es que los sospechosos mataron al animal tan pronto como lo secuestraron y tienen el cadáver escondido.