Los Mossos d'Esquadra continúan investigando el crimen de Eva, una mujer de 36 años, de nacionalidad española, que fue, supuestamente, asesinada por su pareja, un hombre de 53 años, también de nacionalidad española, en Blanes la noche del 5 al 6 de marzo. Aunque el hombre hizo creer que la mujer había muerto por una sobredosis, la autopsia reveló que nada estaba más lejos de la realidad. Los informes forenses han detallado cómo la joven recibió golpes en la cara e incluso tenía una herida que todo parece indicar que fue causada por un arma blanca, que le perforó el pulmón. El hombre, Francisco, que tiene varios antecedentes por violencia machista con otras parejas, ingresó ayer en prisión después de ser entregado al juzgado de guardia, el 3 de Blanes.

Nada de lo que explica cuadra con la investigación

El hombre negó los hechos ante el juez y asegura que todo, los golpes que presenta en la cara y también la herida, son consecuencia de una caída con patinete que sufrió la tarde anterior. Aseguró que la muerte, sin embargo, se produjo por una sobredosis de droga y que él la encontró muerta por la tarde. Incluso dice que la mañana del día 6, cuando salió de casa, aunque ella estaba dormida, la mujer respiraba. Cuando llegó con un amigo a casa, sobre las cinco, llamaron al 112 y explicó que había muerto. El Sistema de Emergencias Médicas (SEM) la reanimó, sin éxito, y los Mossos se hicieron cargo del caso al ver que algo del relato del hombre no cuadraba. Nada de lo que dijo parece, por ahora, según las investigaciones de los Mossos y los informes forenses, tener lógica. La mujer llevaba horas muerta cuando él llamó al teléfono de emergencias. La policía lo arrestó sabiendo que estaba, supuestamente, relacionado con los hechos, y el juez hizo caso también a la fiscalía, enviándolo a prisión.

Para ayudar a aclarar el papel del hombre en la agresión a la mujer, los Mossos d'Esquadra, ante la sospecha de que la caída con patinete –según un testigo, amiga de Eva, que aseguró que no había sido un accidente grave, el del día anterior– registraron la casa donde vivía la pareja desde hacía unos meses y localizaron sangre en varios puntos de la casa, compatibles con una agresión que había comenzado en el comedor y que había acabado en la habitación, en la cama, donde fue encontrada por los servicios de emergencia la tarde del jueves. Se cree que, una vez ya muerta, el hombre movió a la mujer y la puso en la cama, marchándose de casa a primera hora de la mañana hasta que regresó por la tarde. Además, según consta en el atestado que los Mossos han entregado al juzgado de guardia que ha asumido el caso, también se ha detectado sangre en la ropa que supuestamente Francisco llevaba la noche y madrugada del 5 al 6, el día que, según los forenses, murió Eva. Los Mossos se llevaron varias armas blancas de la casa por si se pueden relacionar con la herida que presenta la mujer en la zona de las costillas.

Antecedentes por violencia machista

El hombre y la mujer no habían tenido, hasta ahora, problemas, al menos no denunciados, por violencia machista. Sin embargo, algunos testigos aseguran que las agresiones ya se habían producido anteriormente, aunque ella no había denunciado a su verdugo, quien había sido su pareja y que ahora, según todo parece indicar, se ha convertido en su asesino. Según fuentes judiciales, el hombre sí que tenía antecedentes por agresiones a otras mujeres, parejas anteriores.