Algunas mafias han optado por diversificar su actividad para aumentar la rentabilidad, ganar terreno a los rivales y formalizar conexiones con grupos criminales internacionales. Esta parece que ha sido la táctica de una banda marroquí establecida en Catalunya con triple especialización: traslado de inmigrantes, tráfico de sustancias y falsificación de moneda. La Policía Nacional española y la EUROPOL han podido averiguar que los delincuentes ayudaron a más de 500 migrantes ilegales a cruzar la frontera con Francia, participaron en más de 60 operaciones de compraventa de droga, sobre todo marihuana y cocaína, y que, además, tenían conexiones con la Camorra napolitana que les hacía llegar billetes de 100 euros falsos.

La operación que llevó al desmantelamiento de esta mafia arrancó a raíz de un operativo previo que desarticuló otro grupo dedicado al tráfico de inmigrantes de origen sirio. Estirando el hilo, llegaron hasta algunos miembros de la banda, arraigada en Girona. Poco a poco, se fueron destapando los diferentes aspectos del entramado criminal, con la consiguiente detención de 22 personas: trece en Figueres y cuatro en La Jonquera, en el Alt Empordà, y cinco en Barcelona.

Del norte de África a Francia, pasando por Catalunya

Durante la investigación se comprobó que tenían conexiones con redes de tráfico de seres humanos de Marruecos y de Argelia, desde donde llegaban los migrantes indocumentados en patera. Una vez llegaban a las costas de nuestra casa, los recogían en coche y los trasladaban a pisos francos de varios municipios de Girona, donde los escondían en condiciones de vida muy malas durante un tiempo que consideraban prudencial antes de colarlos a través de la frontera hacia Francia. Para hacer el transporte, contaban con varios vehículos, algunos con matrícula francesa para intentar no llamar la atención, aunque escogían carreteras que sabían que no tenían mucha presencia policial.

Todo eso, por el módico precio de entre 5.700 y 6.700 euros, aunque a veces podía ser más. Los migrantes tenían que pagar por adelantado 4.000 euros para que los recogieran cuando llegaban a la costa; 1.000 euros más para ser trasladados a los pisos de seguridad donde tenían que pagar 250 euros por semana que pasaban afinados en pequeñas habitaciones; y 500 euros por hacer el trayecto final hasta Francia. En caso de querer llegar hasta Italia, tenían que abonar 1.500 euros a los criminales.

Diversificación de los ingresos: narcotráfico y billetes falsos

Aunque con solo el tráfico de personas conseguían unas ganancias considerables, decidieron aprovechar los viajes que hacían al extranjero para traficar también con marihuana y cocaína. Su punto de venta principal era Girona, pero también exportaban hacia Francia, ocultando la mercancía en vehículos con doble fondo. Además, como a veces hacían viajes hasta Italia a petición de los inmigrantes que querían llegar hasta allí, entraron en contacto también con la Camorra napolitana, una mafia dedicada a la falsificación de moneda. De esta manera, los criminales de Catalunya conseguían dinero falso, principalmente billetes de 100 euros de muy buena calidad que podían utilizar para colocar en el circuito económico pagando en comercios y embolsándose el cambio en moneda de curso legal.

Para poder detener la actividad criminal de este grupo, han trabajado en el caso más de 120 agentes, que hicieron cinco entradas y registros en domicilios de Figueres y La Jonquera, donde encontraron 115.085 euros en efectivo, 2.200 euros en billetes falsos, casi dos kilos de cocaína, 553 gramos de marihuana, una escopeta de aire comprimido, dos armas blancas, herramientas para la preparación y distribución de la droga y varios documentos, aparte de la detención de las 22 personas de nacionalidad marroquí que formaban esta mafia.