Aprovechando el 12 de octubre de 2020, que es festivo en España, un grupo de ladrones vació la cámara acorazada de la tienda de joyas y subastas de arte Lamas Bolaño de la calle Roselló de Barcelona.
Una larga investigación de los Mossos d'Esquadra y de la Policía Nacional permitió, el pasado 7 de abril, detener a cuatro personas, vinculadas, presuntamente, a este robo que permitió hacerse con un botín de más de un millón de euros.
Los investigadores de los dos cuerpos policiales pudieron relacionar integrantes de dos grupos muy profesionalizados —utilizaron lanzas térmicas, inhibidores de frecuencia y eliminaron las imágenes de las cámaras de seguridad— ubicados en Madrid y Barcelona como los autores de los hechos. Se llevaron objetos que, según la denuncia de la empresa, superaron el millón de euros.
El asalto se estudió al milímetro. Los ladrones de las dos bandas, unidos en una UTE criminal, analizaron a fondo la tienda, las medidas de seguridad y también las estancias, en el interior de la cámara acorazada, para saber exactamente qué llevarse y de dónde. El objetivo eran sobre todo joyas y relojes, unos productos fácilmente transportables y que se pueden colocar más deprisa en el mercado negro, incluso vendiendo el oro a peso.
Sabían que las cajas fuertes blindadas estaban cargadas, un hecho que convirtió el robo de película en uno de los más importantes de los que se recuerdan en Catalunya los últimos años.
Falta una pieza: el topo
Este hecho, sin embargo, hizo dispararse las alarmas. Falta una pieza en todo el entramado criminal. Si bien los ladrones eran unos profesionales de este tipo de robos —su currículum lo avala— y podían hacer un seguimiento y vigilancia de la tienda, necesitaban una persona en el interior de la tienda para saber cuándo la caja fuerte estaría más llena y también dónde buscar.
Por los agujeros en la pared y en la cámara acorazada, la policía cree que los cuatro ladrones que presuntamente asaltaron Lamas Bolaño en octubre de 2020 sabían perfectamente dónde iban y qué buscaban.
En los seguimientos y durante los registros e interrogatorios, la policía todavía no ha podido identificar quien es la persona que facilitó el robo. Los investigadores de la División de Investigación Criminal (DIC) de los Mossos d'Esquadra están convencidos de que una persona vinculada a la empresa organizó o ayudó en la organización de este robo. Todavía no lo han encontrado.
Fundieron el oro haciendo un incendio
Uno de los hechos que confirmaron a la policía que los ladrones buscaban sólo oro y partes valiosas de las joyas, para poder colocarlo más fácilmente en el mercado ilícito, fue un incendio que se detectó en una zona inundable del río Besòs en el municipio de Sant Fost de Campsentelles.
Los Mossos, alertados por los Bomberos, localizaron partes no valiosas de las joyas, como maquinaria interna de relojes y elementos decorativos, y las etiquetas identificativas de los objetos para su subasta. Los investigadores creen que incendiaron las joyas para separar el oro de las partes más comprometidas o de poco valor de las piezas que, presuntamente, robaron del búnker de Lamas Bolaño.
Tres de los ladrones, en libertad
Los cuatro arrestados después de pasar a disposición judicial quedaron en libertad con cargos con medidas cautelares. Uno de ellos, sin embargo, en busca y captura por otro requerimiento judicial, sí que acabó en prisión.
La investigación continúa abierta. Se tienen que acabar de ligar las diligencias contra los cuatro autores materiales del crimen y también localizar a la persona o personas que lo orquestaron. No será fácil.