En mayo de 2021 Miguel Ángel Moreno, de 56 años, intentó violar a un niño de solo 10 en l'Escala (Alt Empordà) cuando este se dirigía en bicicleta en la escuela. La rápida intervención de una vecina evitó la agresión, y Miguel Ángel acabó en la prisión, donde continuaba ingresado hasta hace una semana. Y es que el viernes pasado al personal del centro lo encontró muerto, colgado con un cordel de la litera, tal como ha adelantado El Punt Avui.

Según el citado medio, su muerte se está investigando como un posible suicidio, aunque no ha dejado ninguna nota y se sabe que no tenía buenas relaciones con el resto de reclusos. Hacía una semana que el juzgado de Figueres había comunicado el inicio del procesamiento por la agresión sexual al menor, y había ordenado el pago de 22.223 euros en concepto de indemnización por los daños físicos y morales causados a la víctima.

Le intentó violar en medio de la calle

Los hechos por los cuales cumplía condena se produjeron el 25 de mayo del 2021. El niño estaba de camino al colegio y, cuando pasaba por la calle Llívia, Miguel Ángel se abalanzó sobre él y le intentó agredir sexualmente. De hecho, ya le había quitado los pantalones y los calzoncillos al niño, y se estaba desabrochando los vaqueros cuando una vecina salió a la calle y lo pilló in fraganti. Sus gritos asustaron al pederasta, quien fue detenido unos días más tarde por la policía.

Según el testimonio de otro vecino que había coincidido con Miguel Ángel en la cárcel, ya hacía un tiempo que rondaba por los alrededores del colegio, y al darse cuenta había alertado a los policías: sabía que era un individuo peligroso, ya que había sido condenado por homicidio y tenía una larga lista de antecedentes.

Larga lista de crímenes violentos

De hecho, el año 2004, el pederasta de l'Escala había matado a una chica en Puigcerdà (Cerdanya). Por este crimen estuvo solo cinco años entre rejas, ya que no se pudo demostrar que matara a Edit Leke de manera premeditada. Después de quedar en libertad se mudó a Lladó, en el Alt Empordà, y acabó con una orden de alejamiento de todo el municipio: se paseaba con armas, amenazaba a los vecinos y causaba daños materiales por todo el pueblo. Sin embargo, se saltó esta orden y el juez decretó que ingresara de nuevo en prisión.

Años más tarde, después de haber cumplido la condena, volvió a la cárcel por haber intentado asesinar a su padre. En noviembre de 2013 fue detenido de nuevo por un intento de parricidio y por haber golpeado a su madre. En este caso, solo pasó un año y diez meses en prisión por los maltratos, pero retiraron los cargos de homicidio porque había desistido voluntariamente de matar al padre.