David Knezevich, el exmarido de Ana María Henao, se ha suicidado este lunes en su celda del Centro de Detención Federal de Miami, donde estaba internado después de ser acusado de secuestrar y matar a su expareja. El hombre, de 37 años y origen serbio, fue encontrado inconsciente poco después de las ocho de la mañana, según han informado desde la Agencia Federal de Prisiones de Estados Unidos en un comunicado en el que han aclarado que, a pesar de los esfuerzos del personal del centro y de los sanitarios que acudieron a la emergencia, no fue posible salvarle la vida. El equipo de abogados de Knezevich y de la familia de Henao han confirmado que la muerte ha sido por suicidio. El hombre estaba a la espera de celebrarse el juicio, programado para este junio, en el que se enfrentaba a una condena de cadena perpetua.
El cuerpo de Ana María Heano continúa en paradero desconocido
Ana María Henao, estadounidense de origen colombiano, desapareció a principios del año pasado en Madrid, donde se había trasladado a vivir durante un complicado divorcio después de trece años de matrimonio con Knezevich, de quien aseguró que tenía miedo y que la vigilaba. Fue en su piso del barrio de Salamanca, donde justo acababa de mudarse, donde su exmarido la secuestró, según revelaron las cámaras de seguridad consultadas por la policía. La investigación también reveló que el hombre sacó el cuerpo de Ana María escondido dentro de una maleta, aunque no encontraron restos de sangre en el apartamento. Fue el hermano de la víctima quien hizo sonar la alarma después de no recibir noticias de ella, denunciando su desaparición y poniendo en marcha la búsqueda y las pesquisas policiales que activaron a los cuerpos de seguridad de varios países.
Knezevich abandonó España en un coche de alquiler con el que llegó hasta Serbia, su país de origen. Pero no fue hasta mayo del año pasado que fue detenido en el Aeropuerto Internacional de Miami, acusado de haber secuestrado a su expareja y haberle quitado la vida de manera violenta. La familia de Ana María está devastada ante la noticia de la muerte del que consideran el asesino de su hija y hermana. “Es un cruel insulto final que nunca podamos recuperar los restos de Ana o no conocer el alcance total de la traición que sufrió”, han expresado en unas declaraciones.