La policía se encarga de detener a los delincuentes, pero, ¿qué pasa cuando el que rompe la ley es uno de ellos? Con esta situación se han encontrado en el País Vasco, donde han cazado a un Guardia Civil con ni más ni menos que 120 kilos de cocaína, y, para hacerlo aún peor, llevaba la droga en el coche patrulla. Los hechos, sin embargo, no han sido ninguna sorpresa para el cuerpo, que ya sospechaba del hombre y lo estaba investigando precisamente por la posibilidad de que estuviera ayudando a los traficantes a introducir drogas en el país.
Los hechos tuvieron lugar el pasado domingo 16 de noviembre en la localidad vasca de Santurtzi, en Bilbao. Un agente corrupto de la Guardia Civil cargaba 120 kilos de cocaína por las instalaciones del puerto cuando fue atrapado por un operativo que habían preparado sus compañeros. El hombre fue sorprendido in fraganti, con el coche patrulla cargado de drogas, y fue detenido. Tras pasar a disposición judicial, se decidió que el hombre entrara en prisión de forma preventiva.
Investigación interna
La situación no ha cogido por sorpresa a la Guardia Civil, sino que desde Asuntos Internos se le estaba investigando sin que él lo supiera por actividad sospechosa. Desde el cuerpo policial se le había pinchado el teléfono y habían enviado agentes de paisano para hacerle un seguimiento para ver si podían recopilar pruebas de las actuaciones ilegales del agente corrupto. El hombre trabajaba en el área de Fiscal y Fronteras, vinculada a Aduanas, en el puerto de Bilbao. En principio, como Guardia Civil, la función del hombre era evitar que las drogas entraran, pero él hacía justamente lo contrario, y colaboraba con los narcotraficantes para introducir las drogas de fuera en el territorio español.
Ahora, los investigadores están analizando el historial del agente corrupto, mirando con lupa cada lugar donde ha estado para revisar posibles delitos que haya estado cometiendo durante los últimos años, ya que el detenido no era un novato, sino que llevaba ya más de una década en el cuerpo. La Guardia Civil registró su casa para encontrar cualquier indicio que el hombre ocultara, fuera droga o información que les revelara sus contactos o sus operaciones.