Por si no fuera suficiente con haber sido sometida, casi durante una década, a abusos sexuales sin ser consciente bajo los efectos ansiolíticos suministrados por su marido, uno de los peritos que ha examinado el material audiovisual que retrata estas violaciones ha concluido que uno de los hombres a quienes Dominique Pélicot ofreció a su mujer, Gisèle, la agredió durante seis horas de manera constante y con la víctima completamente indefensa. Esta estimación temporal se ha sacado después del análisis de cinco vídeos en los cuales sale el mismo hombre, juzgado, junto con Pélicot y una cincuentena de hombres más, en un tribunal de Aviñón, al sur de Francia.

El perito Olivier Eymard ha asegurado a los abogados de la víctima, que querían conocer los días exactos en los que se hicieron las fotos y los vídeos, que "la fecha de la última modificación de cada archivo corresponde a la realización", lo que ha permitido determinar la duración de las sesiones. La policía requisó a Dominique Pélicot todo este material en septiembre del 2020, después de pillarlo en un supermercado grabando bajo las faldas de algunas clientas. Cuando revisaron el disco duro de su ordenador, encontraron centenares de vídeos y de fotografías que el principal acusado le había hecho a su mujer mientras otros hombres, de edades comprendidas entre los 26 y los 74 años, abusaban sexualmente de ella mientras estaba inconsciente.

Muchos de los acusados niegan haber sabido que estaban tomando parte de violaciones

Los investigadores pudieron determinar que Gisèle Pélicot fue sometida a 92 violaciones entre los años 2011 y 2020 por, al menos, una cincuentena de hombres, aunque se estima que podría haber unos treinta más que todavía no han podido ser identificados. Muchos de ellos han asegurado que no eran conscientes de que lo que hacían era una violación, asegurando que creían que estaban tomando parte de una fantasía sexual previamente pactada por la pareja, y que Gisèle solo hacía como que dormía. Pocos de ellos han reconocido saber que el hombre que había contactado con ellos por internet a través de una plataforma había drogado previamente a su mujer sin que ella lo supiera, con el objetivo de practicar voyeurismo mientras ellos hacían con Gisèle lo que querían.

Gisèle Pélicot fue violeta durante nueve años por más de cincuenta hombres mientras su marido miraba / Edgar Sapiña, EFE

Sacrificada en 'el altar del vicio'

Cuando los policías citaron a Gisèle, actualmente de 71 años, a comisaría, pensaba que le preguntarían sobre su marido grabando a mujeres en el supermercado. En vez de eso, le enseñaron una serie de vídeos de contenido sexual, en los cuales ella misma tardó en reconocerse. "Mi mundo se hundió", ha asegurado sobre aquel fatídico día. "Los policías me salvaron la vida inspeccionando el ordenador de mi marido". Después de que saliera a la luz la depravación y violencia a la cual Dominique Pélicot sometió a su mujer, con quien había estado casado más de medio siglo, los médicos le encontraron a Gisèle cuatro enfermedades de transmisión sexual directamente imputables a las agresiones sufridas y de las cuales ni siquiera se acordaba. "Fui sacrificada en el altar del vicio", ha sentenciado.

Se aplaza la declaración de Pélicot por un problema médico

Este martes, Dominique Pélicot fue hospitalizado a causa, según parece, de una infección de orina. Este miércoles se preveía que declarara ante el tribunal, explicando su versión de los hechos, pero ha tenido que abandonar la sala por los fuertes cólicos que sufría, según su abogada. El presidente del tribunal ha pedido someter Pélicot a un examen médico para conocer el verdadero alcance de su enfermedad para, así, poder fijar una fecha concreta para su comparecencia. El juicio contra él y el resto de hombres partícipes de las violaciones empezó el pasado 2 de septiembre, y se prevé que se alargue hasta antes de Navidad.

Hay mucha expectación para conocer el relato de boca del señor Pélicot. Los psiquiatras y psicólogos que lo han examinado han coincidido en que no sufre ninguna enfermedad mental que le impida distinguir entre el bien y el mal, y que era plenamente consciente de lo que hacía. "Concebía a su mujer como un objeto, como una cosa utilizada para satisfacer sus necesidades y deseos sexuales"; Dominique Pélicot ha sido descrito por los especialistas como una persona narcisista, egocéntrica y voyeur.