Cuando uno es delincuente intenta tomar todas las medidas necesarias para evitar que los cuerpos y fuerzas de seguridad no los acaben descubriendo. Por ejemplo, en el caso de los narcotraficantes, sobre todo aquellos que se dedican más bien al menudeo, los intercambios de sustancias estupefacientes se hacen en lugares oscuros o poco transitados para pasar desapercibidos. No obstante, toda precaución es poca. A veces, sea la mala suerte o el hecho de ir confiados, puede hacer alguna jugarreta. Eso es lo que le ha pasado a uno de estos vendedores de droga de Barcelona, que acabó detenido por cometer un error que no tenía ninguna relación con su faceta delictiva.

Pillado un narcotraficante por saltarse un semáforo

Los hechos tuvieron lugar en el distrito de Sant Martí de la capital catalana cuando pasaban pocos minutos de las tres y media de la tarde de este pasado jueves, 20 de febrero. Una dotación de la Guàrdia Urbana que iba patrullando con el vehículo logotipado vio cómo un vehículo se saltaba un semáforo en rojo y decidió pararlo para ponerle la correspondiente multa de tráfico. Los agentes, sin embargo, notaron que los ocupantes del coche mostraban una actitud muy nerviosa y sospechosa. Quien más les llamó la atención fue el conductor, que después de ser identificado por ponerle la sanción solo preguntaba si ya se podían marchar.

Los agentes municipales empezaron a sospechar que podría haber gato encerrado, así que decidieron hacer un registrar en el vehículo. Fue entonces cuando encontraron escondidos 100,67 gramos de hachís escondido en barritas de chocolate, una navaja, una báscula de precisión y 420 euros en efectivo. Por este motivo, el hombre fue detenido como presunto autor de un delito contra la salud pública por tráfico de drogas y fue trasladado a las dependencias policiales, mientras que se le requisó la droga y los otros objetos relacionados con la actividad delictiva.