La madrugada del pasado miércoles 22 de mayo, un joven de 19 años recorría a toda velocidad las calles de Torredembarra, perseguido por la Policía Local. Y es que la moto que conducía había sido denunciada como robada días antes. El comportamiento del chico, que llevaba de copiloto a un amigo de la misma edad, llamó la atención de una patrulla apostada en la calle Francesc Moragas: al verlos, dio un frenazo, dio media vuelta y aceleró en sentido contrario. Con la matrícula se pudo comprobar que el vehículo no era suyo, y los policías fueron tras ellos para detenerlos.
Durante un rato, las calles de este municipio del Tarragonès se convirtieron en una pista de carreras, con la moto al frente y varios coches patrulla intentando alcanzarlos. En un momento determinado, según el Diari de Tarragona, los dos chicos decidieron abandonar la moto y continuar su huida a pie. Pero esta decisión les costó una detención; uno de ellos se olvidó el teléfono móvil y quiso volver a por él.
Detenidos cuando volvían para recuperar el móvil
Los agentes encontraron la moto en la calle Sant Climent y al lado, un teléfono. Decidieron cogerlo para hablar con la compañía y pedir los datos del propietario, con el objetivo de identificar a los dos ladrones. Pero no les hizo falta hacer nada, porque el chico que se había olvidado el móvil, que era quien estaba al volante de la moto robada, volvió al lugar y, viendo que había varios policías esperándolo, decidió confesar el robo directamente. Los agentes lo registraron y le encontraron una navaja que utilizó para forzar la moto para poder arrancarla.
Con todo eso, los policías detuvieron al adolescente, acusándolo de un delito de robo y uso de vehículo, uno de conducción temeraria y un tercero por resistencia a agentes de la autoridad por haber intentado escapar.