Agentes de la Guàrdia Urbana de Barcelona rescataron, a finales del pasado mes de octubre, un perro que estaba al borde de la muerte por no tener ni comida ni agua, encerrado en un local ocupado del barrio de La Verneda i Sant Pau, en el distrito de Sant Martí de la capital catalana. Cuando lo encontraron, el animal estaba en los huesos, y malvivía en condiciones de insalubridad, sin que nadie cuidara de él. La policía de la ciudad ha difundido las imágenes del perro, visiblemente desnutrido, hasta el punto de que se le podían contar las costillas a simple vista.
Todo empezó a raíz de una denuncia vecinal contra las personas que habían ocupado el local donde encontraron al perro, lo que hizo que una patrulla de la Urbana se desplazara hasta este punto del barrio. Dentro del establecimiento no había nadie, solo el animal, abandonado y solo, sin comida ni agua, ni nadie que se preocupara por él. En aquel momento, no pudieron llevárselo con ellos, pero iniciaron una investigación al respecto.
Darle una vida digna
Finalmente, después de dos semanas de gestiones, el pasado jueves 9 de noviembre la Guàrdia Urbana pudo intervenir al animal y llevarlo a comisaría para intentar "procurarle una vida digna". Después de pasar por una consulta veterinaria para descartar que tuviera ninguna enfermedad, el perro quedó a cargo del Ajuntament de Barcelona, que gestionará su futura acogida con una familia que se pueda hacer cargo de él.
El pasado 20 de septiembre, en una macrooperación entre la Policía Nacional, los Mossos d'Esquadra y la Guardia Urbana, se pudieron rescatar más de 400 animales de compañía, de los cuales 370 eran perros, que estaban en manos de un entramado criminal dedicado a la compraventa y cría ilegal de estos animales, muchos provenientes de países de la Europa del este en condiciones de salud muy malas. La operación, que duró cerca de dos años, estalló con la detención de 13 personas después de la entrada y registro de 12 tiendas de animales y clínicas veterinarias.