Los Mossos d'Esquadra y la Policía Federal Austriaca, con la colaboración de la Guardia Civil, desarticularon el pasado mes de diciembre una red criminal dedicada al tráfico internacional de drogas sintéticas, tal como adelantó en su momento ElCaso.com. La investigación, bautizada como caso Molly, permitió la detención de ocho personas, entre ellas el líder de la organización, Yassine N., un hombre de nacionalidad española pero de origen magrebí. También se detuvieron personas de nacionalidad italiana, alemana y chilena, según ha informado hoy la Guardia Civil en un comunicado de prensa. La organización enviaba paquetes con drogas, como cocaína, ketamina y MDMA, desde Barcelona a todo el mundo, y fue desde Australia donde se detectó la red y se inició la investigación.
Cuando la investigación entró en el Estado, la Guardia Civil asumió el caso, que coincidió con una investigación previa de la DIC de los Mossos. De manera conjunta, los tres cuerpos policiales finalizaron la investigación y, el pasado diciembre, la explotaron, con varias detenciones, registros en pisos y también en dos establecimientos en la zona de Sants y Ciutat Vella. El líder de la organización fue arrestado en el número 4 de la calle Tortellà, en Poblenou, Barcelona.
Regalos de Navidad que eran droga para enviar al mundo
El origen de la investigación remonta a abril de 2024, cuando se detectaron anomalías en el control de la paquetería internacional, especialmente en envíos con destino a Australia. La policía identificó una red criminal que operaba desde Barcelona con ramificaciones globales en Europa, América, África y Oceanía. El modus operandi de la organización se basaba en el envío de sustancias estupefacientes ocultas en paquetería, desde la capital catalana hasta diversas partes del mundo.
La organización presentaba varios niveles de jerarquía con una clara distribución de funciones, entre las cuales destacaba el líder, un hombre de 39 años, que dirigía el entramado, junto con su pareja, una mujer de nacionalidad española, que ordenaba los movimientos de dinero, acordaba los precios de venta de las sustancias, establecía contactos internacionales para enviar la droga y también participaba en la elaboración de los paquetes para enviar por todo el mundo. En los otros niveles de la organización había personas encargadas de custodiar y almacenar las sustancias, realizar tareas logísticas respecto al transporte y elaboración de los paquetes, así como vender las drogas al consumidor final, entre otras. El envío de drogas al extranjero mediante empresas de mensajería era una de las principales actividades ilegales que llevaba a cabo la organización, según la investigación. De hecho, en uno de los casos, se interceptó un paquete en la terminal de carga de el aeropuerto del Prat, en el que se detectó un paquete declarado como "Christmas gift for new born baby" (regalo de Navidad para un recién nacido). En su interior se encontraron 2,3 kg de ketamina ocultos en leche en polvo para bebés, acompañados de ropa y juguetes.
Durante la fase de explotación de la investigación, se realizaron un total de nueve registros: ocho en Barcelona y uno en Ibiza. Los agentes intervinieron una cantidad importante de sustancias ilegales como cocaína, hachís, marihuana, ketamina y metamfetamina, además de equipos para la elaboración de drogas sintéticas y otros materiales como balanzas de precisión, teléfonos móviles y documentos comprometedores. También se confiscaron grandes cantidades de dinero en efectivo.