Después del papel de WC de la primera ola del coronavirus, ahora parece que el producto que está más buscado por todas partes es el test de antígenos. Esta prueba de autodiagnostico permite saber, con las limitaciones y los posibles falsos negativos, si tienes la covid19 y hay que aislarse para evitar convertirse en un peligroso vector de contagio en las puertas de las comidas de la Navidad.
Es casi imposible encontrar estos test en las farmacias, donde hasta hace pocos días se podrían encontrar sin problemas. Ahora cuesta encontrar y si hay, han subido de precio. Los mayoristas también tienen problemas y se han tenido que limitar las ventas a las farmacias para poder abastecer, ni que sea con menos cantidad, en todos los establecimientos.
Se pueden comprar por Wallapop
Pero, como siempre en este país, parece que alguien ya ha descubierto la manera de hacer ganar cuatro duros con la picaresca. No deja de ser la ley de la oferta y la demanda llevada al extremo. Se ha detectado en varias páginas de compraventa de productos de segunda mano, como Wallapop, la venta de test de antígenos.
No están ofrecidos tal cual. Para evitar los filtros que ponen desde las aplicaciones, que limitan los productos que se pueden vender, se ha optado por regalarlos con la compra de otros productos.
Desde 25 euros...
Por ejemplo, un triciclo de niño por 25 euros con un test de regalo. Conversa con el vendedor, ya te avisa de que quizás ni te envía el triciclo. El objetivo es tener un test de antígenos. Se pueden encontrar, en Wallapop, por varios precios. Desde los 25 euros de este con el triciclo infantil, hasta los 50 euros, ofreciendo otros productos.
En la misma plataforma también se pueden encontrar profesionales sanitarios con que se ofrecen a hacer tests , de manera profesional, a domicilio, una práctica que también permite disponer de este tests en casa.
Fastidiada general por la falta de tests
Este mercado negro de test de antígenos llega después de saberse que las farmacias se han quedado sin stock, un hecho que también ha hecho poner el grito en el cielo a los ciudadanos, que lamentan que un test como este, que en otros lugares de Europa se puede comprar a precio bajo o que incluso hay carpas donde hacerte tests, en la calle, en el Estado español se hayan acabado o tengan un precio no regulado y que en algunas farmacias, pueda superar los diez euros.
De momento, parece que los gobiernos, el español y el catalán, no tienen demasiado claro cómo atacar esta última ola, la del Omícron. Han retrocedido con la cuarentena que tenían que hacer los contactos estrechos y se ha hecho obligado ir con mascarilla por la calle.