Los vecinos del barrio del Carmel, en el distrito de Horta Guinardó de Barcelona, han vuelto a sufrir una noche de fiesta desenfrenada este domingo. Y es que, en torno a las nueve de la noche, casi 300 personas subieron hasta el mirador de los bunkers, en el Turó de la Rovira, y empezaron una fiesta de estilo rave con música a todo trapo, botellón e incluso un escenario improvisado con disc-jockey.
Noche de fiesta a pesar del cordón policial
Los vecinos de este barrio están acostumbrados, desgraciadamente, a que se celebren este tipo de fiestas en los bunkers del Carmel. Últimamente, sin embargo, estos encuentros se han vuelto semanales, y los inquilinos de los pisos próximos están hartos de no poder descansar durante las noches de los fines de semana. Con el fin de evitar que los jóvenes vuelvan a montar una de estas discotecas al aire libre, unos veinte agentes de la Guardia Urbana de la ciudad se desplazaron hasta el mirador, y desplegaron un cordón policial a partir de las seis de la tarde.
Las tareas de vigilancia y control de la Urbana acabaron en torno a las 20:40 horas. Poco después empezaron a llegar los primeros jóvenes para armar un escenario y distribuir los altavoces por la zona. Según ha explicado a Betevé el portavoz del Consejo de Calles del Turó de la Rovira y el Carmel, Fran Bernal, a las 21:10 la fiesta ya estaba en marcha, y llamaron a la policía para que volvieran. Según Bernal, los agentes no llegaron hasta poco después de las diez de la noche, cuando los integrantes de la fiesta ya se estaban marchando, persuadidos por algunos de los vecinos que se habían acercado al mirador para hablar con ellos y pedirles que pararan la música.
Denuncian que las medidas son insuficientes
El pasado viernes, 24 de marzo, unos 50 vecinos se concentraron exigiendo el fin de las fiestas ilegales en este mirador tan popular de Barcelona. Entre sus demandas está la delimitación de la zona para evitar grandes concentraciones de gente, y ya se está trabajando para cerrar el recinto durante las noches. No obstante, desde la asociación vecinal Parc Mixt Turó de la Rovira denuncian que las medidas adoptadas hasta ahora no son suficientes. "Las vallas y el control de accesos no tienen sentido porque el perímetro no es completo y solo moverá el problema de una colina a otra", aseguran.