La propietaria de una joyería de la avenida del Paral·lel de Barcelona fue detenida el pasado mes de octubre por los Mossos d’Esquadra, acusada de un delito de receptación, es decir, de haber puesto a la venta piezas de oro y otros accesorios que, supuestamente, provenían de robos violentos y hurtos. Los agentes de la Unidad de Investigación (UI) del Eixample, con la colaboración de Inspecció de Treball y de la Guàrdia Urbana, realizaron una entrada y registro en uno de los dos locales que regenta el 22 de octubre, durante la cual intervinieron diversas joyas y dinero en efectivo que la mujer, originaria de la República Checa, según ha podido saber ElCaso.com, llevaba escondidos en el sujetador.
La investigación de la policía catalana se inició durante el verano, concretamente, en julio, cuando un hombre avisó de que alguien le había robado un teléfono móvil dentro del establecimiento. Una patrulla de Seguridad Ciudadana se acercó para atender la incidencia. La supuesta sustracción del móvil no tenía nada que ver con el delito de receptación que le imputaban a la propietaria de la joyería, pero el establecimiento, por sus características de compraventa de oro, entró en el radar de la policía catalana.
Así, en el mes de agosto hicieron la primera inspección administrativa en el local, durante la que se encontró una máquina para tratar la apnea del sueño valorada en más de 600 euros que había sido denunciada como robada, así como unas joyas que procedían de un robo con fuerza en un domicilio de Cervera (Segarra) que había tenido lugar en junio.
La sospechosa quedó arrestada y dos días más tarde, el 24 de octubre, fue puesta a disposición del Juzgado de Instrucción en funciones de guardia de Barcelona, que decretó libertad con cargos.
La propietaria de la joyería sostiene que es inocente
La propietaria de esta joyería, en conversación con ElCaso.com, ha sostenido su inocencia. "Tenía dos locales en la misma zona y para pasar las joyas de uno a otro me las metía en el sujetador, me sentía más segura que llevándolas en el bolso", se ha excusado. "Yo no tenía manera de saber de dónde salían aquellas joyas", ha asegurado.
Durante las entradas, los investigadores de los Mossos también encontraron que muchas de las joyas que se adquirían de un particular no tenían el comprobante. Para explicar esto, la acusada ha utilizado como escudo el TDAH -trastorno por déficit de atención por hiperactividad- una enfermedad que, según ha asegurado, hace que muchas veces acabe traspapelando los recibos y comprobantes de compra y de venta de las joyas. "Tampoco ayuda que me obliguen a enviarles el registro de las transacciones en un día concreto, los sábados, y podía llegar a perder los documentos de principios de semana", ha lamentado.
Su versión, sin embargo, se complica. Según ella, el motivo por el que ha acabado en el punto de mira de la policía es que un conocido suyo se la tiene jurada. Hace meses que la acosa, a ella y a sus hijos menores, y ha intentado meterla en problemas con la justicia en diversas ocasiones con excusas como que había dejado objetos personales en su casa y ella no se los quiere devolver. Todo esto, siempre según la acusada, no es cierto. "El aparato robado que encontraron los Mossos en la joyería debe ser también suyo, seguro que lo ha dejado aquí para incriminarme". La mujer ya ha presentado una denuncia ante los Mossos d'Esquadra, pero, dice, no ha servido de nada.
Las versiones de los Mossos d'Esquadra y de la principal acusada son contradictorias. Donde la policía catalana ve claros indicios de criminalidad, la propietaria de la joyería tiene una explicación preparada. Además, ha querido destacar que el trato que recibió por parte de los Mossos rozaba el maltrato. “No me dejaban leer los documentos que me obligaban a firmar, se llevaban las joyas sin yo poder hacer inventario e incluso me hicieron arañazos y moratones”. A pesar de quedar en libertad, dice que no se fía de que algo parecido no vuelva a pasar y se ha visto obligada a cerrar uno de los dos locales por miedo. Miedo tanto de esta persona que dice que la tiene amenazada y quiere que acabe en la cárcel, como de la policía, por si vuelven a hacer otra entrada en su joyería.
