La Guàrdia Urbana de Tarragona, en una actuación conjunta con el Departamento de Limpieza Pública del Ayuntamiento, han localizado tres vertederos ilegales en diferentes caminos y calles de la ciudad. Estos hechos incumplen de manera activa la ordenanza municipal referente al Servicio de Recogida de Residuos Municipales que, por estas infracciones, contempla cuatro tipos de sanciones que determinan la cantidad de la multa impuesta: dos leves, de 100 y 300 euros; una grave, de 1.001 euros; y las muy graves, como en los casos identificados la pasada semana, con multas de 2.001 euros. Entre todos los infractores tuvieron que abonar la cantidad de 6.003 euros por los vertidos.
La investigación conjunta de la policía municipal y del servicio de limpieza del Ayuntamiento de Tarragona ha permitido identificar y sancionar a los autores de tres vertidos ilegales diferentes, esparcidos por el municipio. En concreto, en el camino del Llorito, se encontraron, tirados en medio de la senda, una gran cantidad de sacos de escombros; en el camino viejo de Tarragona, como se puede ver en la imagen que encabeza esta noticia, alguien había abandonado todo tipo de residuos; y, finalmente, en las calles de la ciudad, se dejaron muebles y electrodomésticos al lado de los contenedores sin avisar al Teléfono Verdes para que vayan a recogerlo.
El Ayuntamiento de Tarragona quiere recordar que desde hace un año que hay carteles de advertencia colgados por toda la ciudad de prohibición de abandonar residuos voluminosos en los contenedores. Además, el consistorio tiene a disposición de los vecinos tres servicios para la recogida de desperdicios voluminosos de uso exclusivo para particulares: el centro de reciclaje fijo, el Teléfono Verde y también la aplicación Epp!
Un bosque de Òrrius reconvertido en vertedero de muebles
Tirar residuos y desperdicios en sitios donde no corresponde es, desgraciadamente, más habitual de lo que parece. A finales de enero, los Mossos d'Esquadra denunciaron una empresa de mudanzas que se deshizo de un montón de muebles de los que el propietario se quería deshacer por un traslado. Esta persona pagó la tasa correspondiente para la correcta gestión de los muebles, entregando el dinero al servicio de mudanzas que se comprometió a dejarlos en el centro de reciclaje de manera legal. En vez de eso, se embolsaron el dinero y lo tiraron todo en un bosque de Òrrius, en el margen de la carretera BV-5106.