Las decenas de clases prácticas que se tienen que hacer antes de poder subir al examen de conducir ya son lo bastante estresantes por sí mismas. Si en eso le sumamos un profesor borracho, la experiencia seguro que no será buena. Y eso es justamente lo que le pasó a un chico de 18 años de Tarragona este lunes por la tarde, cuando se encontró con que su instructor iba bebido, mostrándose muy agresivo con él. La Guàrdia Urbana ha denunciado a este hombre, de 44 años, por un presunto delito contra la seguridad vial por conducir bajo los efectos del alcohol.
El incidente tuvo lugar el pasado 3 de junio, alrededor de las seis y media de la tarde. A aquella hora, los servicios de emergencias recibieron una llamada que alertaba sobre una persona muy agresiva que quería coger el coche borracho. Hasta el lugar, en el barrio de Torreforta de la capital del Tarragonès se activó una patrulla de la Unidad de Tráfico y Transportes de la policía municipal. Cuando llegaron, descubrieron que la persona que había hecho la llamada era un chico de 18 años, alumno de una autoescuela, y el denunciado, su profesor. El denunciado, de quien la Guardia Urbana ha querido esconder la nacionalidad, carecía de antecedentes por infracciones similares anteriores.
Inicia la clase borracho y sigue bebiendo durante la pausa
Según el relato del alumno, empezaron la clase práctica como lo hacen habitualmente en la calle Enric d'Ossó. A medida que avanzaba la instrucción, sin embargo, el profesor se ponía cada vez más nervioso hasta llegar a ser agresivo con el adolescente, con una conducta errática que lo alarmó. La cosa empeoró cuando hicieron la pausa después de la primera hora de clase, cuando el hombre entró en un bar para seguir bebiendo alcohol.
Aprovechando que el profesor no estaba presente, el joven llamó al 112 para explicar lo que pasaba. Antes de que llegaran los policías, el hombre intentó reanudar la clase, pero poniéndose él al volante. La Guàrdia Urbana sometió al hombre a una prueba de alcoholemia que dio un resultado positivo con una tasa de 1,02 miligramos por litro. Eso propició que acabara denunciado, y se inmovilizó el vehículo por seguridad.