El titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción 1 de Barbate ha decretado el ingreso en prisión de Karim Baqqali, el hombre de 32 años que pilotaba la narcolancha que el pasado 9 de febrero mató a dos agentes de la Guardia Civil en esta localidad de Cádiz. El juez le atribuye dos delitos de asesinato y cuatro más de asesinato en grado de tentativa, además de seis de atentado, uno de contrabando y uno de pertenencia a organización criminal. De esta forma, el magistrado ha aceptado la petición de la Fiscalía de prisión provisional, comunicada y sin fianza, en la cual posteriormente si han sumado a resto de acusaciones personadas a la causa. Una vez ha salido de los juzgados, ha sido trasladado a la prisión de Puerto II, en la localidad gaditana del Puerto de Santa María.
Siete meses escondido en Marruecos hasta entregarse
Después de que la narcolancha que pilotaba el Karim embistiera mortalmente a los dos agentes de la Guardia Civil, David Pérez y Miguel Ángel González, el piloto escapó hasta Marruecos, donde estuvo escondido durante siete meses. Los investigadores no lo pudieron relacionar con los hechos hasta mayo, tres meses después de los asesinatos, cuando ya estaba en el otro lado del Mediterráneo, y no se lo ha podido detener hasta ahora, cuando ha vuelto y se ha entregado a la Guardia Civil voluntariamente una vez asegurada su seguridad y la de su familia. La madrugada del jueves llegó a la costa española con una embarcación de manera ilegal y tan pronto como tocó a tierra, mojado y acompañado de su abogado, se entregó al cuerpo armado en la playa de Hierbabuena, junto al puerto de Barbate.
Tanto al interrogatorio que le hicieron los investigadores, como este viernes ante el juez, ha reconocido que era él quien pilotaba la narcolancha, pero ha asegurado que había sido "un accidente" y ha pedido perdón a las víctimas y a sus familias. Según su relato, no tuvo en ningún momento intención de embestir la zódiac en la cual iban los agentes de la Guardia Civil. El hombre ha explicado que su función no era pilotar la embarcación, pero que el piloto se había ido tras repostar combustible al río Guadalquivir y que la organización le había presionado y amenazado para que lo sustituyera aunque solo llevaba un mes en el mar y hacía varios días que no dormía. Por eso, según ha declarado, cuándo vio que estaban identificando a las personas de las narcolanchas, se asustó y decidió escapar, atropellando la zódiac sin querer. El juez, sin embargo, no lo ha creído y lo ha enviado a prisión.
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