La Policía de Panamá detuvo a dos hombres, de 24 y 39 años, acusados del asesinato de la joven vasca Eneritz Argintxona, cuyo el cadáver apareció el pasado 26 de julio en una playa de Isla de Carenero, en Panamá, después de tres días desaparecida. Un juez de la localidad de Changuinola Arnulfo Ávila ha decretado prisión provisional para ambos, identificados como Antony Planes, conocido como "Leche", y Joshua Parris; el primero está imputado por los cargos de feminicidio y robo agravado, mientras que el segundo está acusado de feminicidio en grado de complicidad y robo agravado. El cuerpo de la víctima ya ha sido repatriado y enterrado por la familia en el municipio de Erandio.

Está previsto que los detenidos permanezcan en la cárcel de manera preventiva mientras dure la investigación, que tendrá una duración aproximada de seis meses, después de la que se decidirá si se celebra el juicio. En caso afirmativo, los dos hombres podrían enfrentarse a una pena de más de 40 años entre rejas, ya que las penas pueden aumentar incluso el doble si la víctima es una persona extranjera.

La golpearon con un machete para robarle el bolso

Según la reconstrucción de los hechos, Eneritz salió a pasear por la playa Punta Brown el mismo día que llegó a Panamá, cuando los dos individuos la siguieron. En un momento determinado, Antony Planes la golpeó en la cabeza con un machete, provocándole una grave herida que la dejó inconsciente y, más adelante, le provocó la muerte, mientras Joshua Parris le cogía el bolso, que contenía un iPhone, una GoPro y unos auriculares.

Los presuntos asesinos huyeron del lugar dejando a la joven a su suerte, quien acabó muriendo a consecuencia de la agresión. No fue hasta tres días más tarde que su cuerpo fue descubierto por un adolescente de 14 años que se dirigía a la playa a hacer surf. Los acusados, según el relato de la Fiscalía, intentaron desbloquear el teléfono móvil para vaciarlo y poder ponerlo en venta, y también intentaron quemar la cámara para deshacerse de cualquier prueba que los pudiera identificar. Los dos hombres fueron señalados como posibles autores del crimen por varios testigos que los vieron en aquella playa con actitud sospechosa, y el hallazgo de los restos de la cámara, identificada por el hermano de la víctima como su GoPro, así como de unos cabellos de Eneritz, los acabaron delatando.