Un error de tecnología ha vuelto a hacer caer a un ladrón en Barcelona. Como sucedió hace tan solo unas semanas con unos auriculares que localizaron por GPS en el domicilio del delincuente, ahora ha pasado más o menos lo mismo pero con el geolocalizador de una tableta. Los Mossos d'Esquadra detuvieron el pasado de 10 febrero a un hombre de 32 años como presunto autor de un delito de receptación, de hurtos, robos de ordenadores y dispositivos tecnológicos. El individuo tenía antecedentes previos por actos similares.
Pillado por el GPS de una tableta en Hostafrancs, Barcelona
El hombre llegó a sustraer un total de 46 ordenadores y tabletas, una cámara fotográfica y un teléfono móvil, valorados en 40.000 euros, aproximadamente. Eso es todo lo que la policía catalana ha encontrado en la habitación del piso donde residía tras solicitar una entrada a la autoridad judicial. La localización fue posible después de que una víctima pudiera encontrar su tableta robada mediante un dispositivo GPS (que activó la alarma del dispositivo del rastreo) y que lo situó en un domicilio en el barrio de Hostafrancs de Barcelona. Sin embargo, no pudo recuperar la tableta que le robó. Todo apunta a que la habría vendido rápidamente en el mercado ilícito.
Una vez los investigadores llegaron al piso, dos personas que vivían en el domicilio les facilitaron el acceso. Pero un tercer ocupante, que después sería detenido como presunto autor de los hechos, mostró su negativa a colaborar con la policía y que accediera en su estancia para hacer comprobaciones. Tanto es así que intentó librarse del dispositivo localizador que sonaba. Pero no le sirvió de mucho: los Mossos d'Esquadra lo detuvieron por la sustracción de las tabletas y posterior receptación. Los agentes todavía trabajan para relacionar los efectos sustraídos con objetos denunciados previamente y así devolverlos a los legítimos propietarios.
Detenido y en libertad tras pasar a disposición judicial
Los Mossos d'Esquadra iniciaron la investigación el 9 de febrero, cuando un hombre fue víctima de un hurto en la autopista AP-7, a la altura de Sant Jaume dels Domenys (Tarragona). El conductor hacía una parada para comer en un área de descanso, cuando un vehículo se acercó a su coche. No se dio cuenta de nada, pero el día siguiente comprobó que le habían sustraído una mochila con dos tabletas de un valor superior a 3.000 euros. Pero el ladrón no sabía que una de ellas tenía un dispositivo rastreador por GPS, con el que lo pillaron. El arrestado pasó a disposición judicial este domingo y el magistrado decretó su libertad.