Este fin de semana, los Mossos d'Esquadra han detenido a uno de los ladrones con peor suerte de Barcelona. Al menos, seguro que eso fue lo que pensó este joven de 26 años, cuya nacionalidad la policía catalana no ha querido comunicar, cuando lo detuvieron este domingo, solo una hora después de haber robado un reloj de 3.000 euros en el distrito de Ciutat Vella. Y es que, durante el forcejeo con la víctima, se le cayó el teléfono móvil.
Un rato después de lo que seguramente consideró como un exitoso asalto, se dio cuenta de su pérdida, y decidió llamar por si a algún buen samaritano se le había ocurrido recogerlo. Y, efectivamente, contestó una persona, que quedó con él para devolvérselo. En el punto de quedada, sin embargo, se encontró a un agente de los Mossos, quien lo detuvo acusado de un delito de robo con violencia e intimidación. Encima de perder el teléfono, acabó en el calabozo, sin botín y sin móvil.
La víctima recogió el móvil y lo entregó a la policía
El robo tuvo lugar a este domingo en Ciutat Vella alrededor de las dos y media del mediodía. El joven ladrón se abalanzó sobre la víctima, arrancándole el reloj valorado en 3.000 euros directamente de la muñeca, y se marchó corriendo. El propietario del valioso accesorio intentó evitar el robo, y durante unos instantes los dos hombres forcejearon. En algún punto se le cayó el móvil del bolsillo, pero el mangui no se dio cuenta hasta pasada un rato.
Quien sí que vio el terminal abandonado en medio de la acera fue la víctima del robo. Recogió el móvil y se lo entregó a los agentes de la comisaría de los Mossos d'Esquadra donde fue a poner la denuncia. Al cabo de pocos minutos, el teléfono empezó a sonar. Los mossos lo cogieron, confiando en que sería el ladrón. Y así fue. Sin revelar que eran policías, quedaron con él para devolverle el aparato.
Detenido por los Mossos cuando intentaba recuperar el móvil
Así, una hora después del robo, sobre las cuatro menos cuarto, los Mossos d'Esquadra, con la colaboración de los OAC, Seguridad Ciudadana y Fures (la unidad de paisano de los Mossos), pudieron arrestar al delincuente. Este no sabía dónde meterse cuando se dio cuenta de que la persona que le tenía que devolver el teléfono era, en realidad, un miembro de la policía catalana. Este lo detuvo, recuperó el reloj sustraído y lo llevó a comisaría, debidamente esposado.