Irse a cenar y a la vuelta encontrarse al perro gravemente herido porque alguien le ha disparado un tiro. Esto es lo que el pasado domingo le sucedió a una familia de Pals, en el Baix Empordà (Girona). Hacia las nueve de la noche se fueron de casa y dejaron al animal en el jardín, pero cuando volvieron sobre las diez y media de la noche, se lo encontraron arrastrándose malherido y lleno de sangre. Inmediatamente, lo llevaron de urgencia a una clínica veterinaria de Palafrugell pensando que se habría hecho daño de forma accidental, pero allí los profesionales, tras hacerle algunas pruebas, descubrieron que tenía un proyectil clavado en la columna.
El impacto del proyectil provocó una fractura en una de las vértebras, por lo que el perro se quedó sin movilidad en las piernas de atrás, tal como ha adelantado el Diari de Girona. Los propietarios del animal denunciaron los hechos a los Mossos d'Esquadra, que han abierto una investigación con el fin de aclarar quién fue la persona que le disparó al perro con, presuntamente, una escopeta de balines o perdigones. Aunque se le pudo operar de urgencia poco después de recibir el tiro, los veterinarios no le han podido extraer el proyectil porque no estaba garantizada la seguridad del animal.
La familia tiene cámaras de seguridad instaladas en torno al jardín, donde se puede ver al animal malherido arrastrándose, pero la persona que habría disparado no aparece. Una de las esperanzas para poder encontrarlo es que pueda haber quedado grabado en otras cámaras que graben el exterior. La familia también ha hecho difusión a través de las redes sociales por si alguien pudo ver algo o si se tiene conocimiento de alguien que pueda tener un arma como la que se utilizó para disparar al perro. Mientras tanto, los dueños del animal están estudiando qué medidas legales toman.
Los ataques contra animales, al alza
El caso de Pals, desgraciadamente, no es un hecho aislado. Los ataques a tiros contra los animales van al alza y, aunque normalmente son contra gatos de la calle, también hay episodios contra perros que viven en domicilios. No muy lejos, en Navata, en el Alt Empordà (Girona), tres personas están acusadas de participar en el secuestro de Lucky, un border collie, el pasado mes de noviembre. Detrás del secuestro estaría su vecino, un agente de la Policía Local de Banyoles de 42 años quien, harto de los ruidos que hacía el animal, encargó a unos conocidos que lo secuestraran y lo mataran. También este mismo mes de junio, en Cambrils, en el Baix Camp (Tarragona), un hombre de 41 años mató al perro de sus vecinos disparándole un tiro desde el balcón cuando el animal estaba en la terraza de su casa con dos chicas y un bebé.