Siempre tendemos a tocarnos la cara, sobre todo para explotar granitos. Pero lo cierto es que tenemos que vigilar con lo que se denomina 'El triángulo de la muerte', la zona más delicada del rostro. El concepto hace referencia al área definida entre la comisura de los labios y la parte alta del septo nasal, ya que puede tener consecuencias perjudiciales para la salud.

El tik toker y también enfermero Jorge Ángel advierte a sus redes sociales que, aunque un granito parezca pequeño por fuera, puede contener pus en el interior. Si este pus viaja hasta el cerebro y las meninges, puede provocar una infección, afectar a nuestra visión o, incluso y en casos más extremos, la muerte. El motivo es que en esta área se encuentra la vena angular, que comprende la zona desde las comisuras labiales hasta las nasales. Según declaraciones del médico Alfonso Fernández al programa radiofónico Más de Uno (Onda Cero), se tienen que dar varias condiciones para que este fatal final pase.

Lo mejor es que antes de volverse en consecuencias mortales, existen señales de alerta que pueden indicar que alguna cosa no va bien con aquel granito. Algunos de los efectos visibles pueden ser un edema o un bulto rojo, grande y doloroso. En estos casos, la mejor opción es acudir a un profesional que pueda administrar, si se da el caso, antibióticos para bajar la infección.

Recomendaciones

Sin embargo, los expertos recuerdan que tenemos que tener precaución y no tocarnos ningún granito localizado en esta zona de la cara. Además, también recomiendan tener cuidado a la hora de sacar el pelo nasal, ya que también podemos provocarnos heridas que se acaben infectando.

 

Desde la Academia Española de Dermatología y Venereología explican que para tratar los granitos lo que hay que hacer es una limpieza diaria adecuada del rostro, preferiblemente dos veces al día, para controlar el exceso de pus. Además, seguir una dieta equilibrada también influye en nuestra salud facial.

En referencia a esta última cuestión, un estudio elaborado hace poco con 100 pacientes diagnosticados con problemas de acné ha descubierto que el 94% de la muestra tenía niveles de ácidos grasos de omega-3 inferiores a los recomendados. También se dieron cuenta de que aquellos que afirmaron comer regularmente legumbres y evitar consumir aceite de girasol tenían niveles más altos de este ácido graso.

El estudio es un gran paso para afrontar patologías de acné que, según el Burder of Skin Diseases, sufren más de 22 millones de adultos en Europa. Gran parte de los jóvenes tienen acné, que se genera por la producción de grasa en la piel, aunque las hormonas también tienen mucho que ver. Por lo tanto, queda claro que nunca se pueden explotar los granitos, ya que solo provocaremos que salga una herida o, en el peor de los casos, la muerte.