El auge de las criptomonedas ha convertido esta divisa digital en el anzuelo perfecto para que ladrones y delincuentes de todo tipo estafen a personas con un elevado poder adquisitivo, haciéndose pasar por inversores inmobiliarios o asesores financieros. Es el caso concreto de una mujer de 40 años y nacionalidad extranjera quien, después de recorrer media Europa enriqueciéndose a base de robar bitcoins, acabó detenida el pasado jueves en el centro de Barcelona. Y todo, gracias a una pelea que tuvo lugar dentro de un hotel de la calle Casp, en el Eixample de la capital catalana, donde intentó estafar 600.000 euros a una pareja, también de origen extranjero. La ahora detenida está acusada de un delito de estafa y de otro de hurto, y pasó a disposición judicial al día siguiente de su arresto.

La estafa del Bizum inverso… con criptomonedas

Desde que podemos mover dinero desde nuestros móviles sin necesidad de acudir al banco, hemos ganado en comodidad, pero nos hemos expuesto a los ciberdelincuentes. La arrestada este 21 de marzo en Barcelona le dio una vuelta a la ya conocida estafa del Bizum inverso, que consiste en enviar una solicitud de dinero por este servicio de pago, pero haciendo ver a la víctima que es ella quien está recibiendo la cantidad pedida. Cuando acepta, ya es demasiado tarde: en vez de ingresar este dinero, se lo sacan de la cuenta. Alguna cosa parecida intentó hacer a la estafadora: con un dispositivo electrónico específico, conocido como billetera de hardware, que se puede conectar tanto a un teléfono móvil como a un portátil, hizo ver a las víctimas que les estaba ingresando 600.000 euros en criptomonedas. En el último momento, sin embargo, intentó intercambiarlo por otro que le permitiera cobrar los bitcoins en vez de pagarlos. Pero no fue lo bastante disimulada.

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La billetera de hardware con la que la delincuente intentó estafar las criptomonedas / CME.

La pareja se dio cuenta de lo que pretendía hacer y con la indignación de saberse estafados, empezaron una acalorada discusión con la mujer que escaló a una pelea en el vestíbulo del hotel. Los trabajadores, alertados por el disturbio, avisaron a los Mossos d'Esquadra. Mientras llegaban las patrullas y aprovechando la confusión del momento, la ladrona también intentó llevarse el teléfono de alta gama de una de las víctimas, también sin éxito. Viendo que no había conseguido su objetivo, intentó huir del lugar, solo para encontrarse cara a cara con los Mossos que la identificaron y detuvieron.

La ciberladrona tenía dos órdenes judiciales de búsqueda y detención nacionales, así como una Orden Europea de Detención (OED) vigente en Alemania.