El vecino del pueblo asturiano de Soto de Rey que el lunes de la semana pasada decapitó a su padre, jugó al fútbol con su cabeza y después lo lanzó contra los coches que pasaban por una rotonda de la carretera N-630 sufrió un brote psicótico, según han concluido los médicos de la unidad de psiquiatría del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), donde continúa ingresado, aunque está previsto su traslado a la prisión de Asturias.

Según los expertos, este brote podría estar vinculado a algún tipo de trastorno mental como la esquizofrenia, pero han asegurado que la mayoría de estos ataques son muy difíciles de detectar. "Los pacientes que los sufren tienen poca conciencia de lo que les está pasando, y por eso no piden ayuda. Tienen alucinaciones, delirios y, en muchas ocasiones, se sienten perseguidos o amenazados, pero lo atribuyen todo al resto, generalmente a la gente más cercana", ha explicado el psiquiatra Julio Bobes al diario La Nueva España.

Está pendiente de recibir el alta para ingresar en la cárcel

Muy probablemente recibirá el alta médica a lo largo de este martes e ingresará inmediatamente en la prisión hasta el juicio. Así y todo, teniendo en cuenta su diagnóstico, no se descarta que en un futuro pueda ser trasladado a algún centro penitenciario especializado en internos con alguna enfermedad mental, como el de Fontcalent, en Alicante, o el de Sevilla II. Los brotes psicóticos graves, como en este caso, pueden darse solo una vez o repetirse en varias ocasiones a lo largo de la vida hasta derivar en una psicosis crónica.

Dependiendo del diagnóstico final y de la resolución del juez, el acusado podría incluso eludir la prisión si la defensa consigue que el magistrado dictamine a favor de un eximente completo, que es la ausencia total de responsabilidad penal, si se puede demostrar que actuó sin ser consciente de lo que hacía.

Ausencia total de arrepentimiento

Hoy por hoy, sin embargo, no parece que sea este el caso. Durante la última semana que ha pasado ingresado en el ala de psiquiatría del hospital, varios médicos y especialistas le han hecho preguntas y han hablado con él sobre los hechos. Cuando las autoridades judiciales le tomaron declaración, el hombre llegó a decir que "tendría que haberlo hecho mucho antes", sin mostrar ningún signo de estar arrepentido por haber matado a su padre a sangre fría.

El pasado 8 de abril por la noche, el hombre apareció en medio de una rotonda, cubierto de sangre y con la cabeza de su padre en las manos. Según los testigos del macabro incidente, se puso a jugar al fútbol con la cabeza seccionada mientras entonaba el Cara al Sol y reía con desenfreno. Antes de que llegaran las patrullas de la Guardia Civil para detenerlo, tuvo tiempo de tirar la cabeza contra los coches y atacar a algunos de los conductores con un hacha, la misma arma que utilizó, presuntamente, para cortarle la cabeza a su progenitor momentos antes.