Todo eran risas y festividad a primera hora de la mañana en la localidad guipuzcoana de Arrasate, en la vuelta a la normalidad de las fiestas populares de San Juan. El encierro de vaquillas es el colofón a la jornada festiva, aunque este año no ha salido según lo esperado. Varias decenas de personas, mayoritariamente jóvenes, quedaron atrapadas en una avalancha en la apertura del acceso al ruedo del callejón de la plaza de las vaquillas, según informa Diario Vasco.

Las prisas provocaron una avalancha en la puerta del encierro

El suceso ocurrió ayer por la mañana, cuando estaba a punto de finalizar el primer encierro de las fiestas. Los primeros jóvenes, apresurados, pretendían entrar a la plaza antes de que llegaran las vaquillas. Sin embargo, las prisas provocaron caídas y resbalones en la puerta de entrada a la arena. Sin tiempo para ponerse en pie, la llegada de otros corredores hizo crecer el tapón, una situación que se vio agravada al ser alcanzados por los astados. Según se puede ver en las imágenes, algunos de los jóvenes tuvieron los cuernos de las vaquillas a la altura de las orejas. Un vídeo desde dentro del callejón muestra cómo la caída de varios chavales convirtió ese conducto de entrada a la plaza en una auténtica ratonera.

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Las vaquillas pisando las personas / Diario Vasco

Las vaquillas, cada vez más cerca

Fue entonces cuando los gritos sacudieron la plaza, ya que la avalancha formada no se deshacía y las vaquillas se acercaban a gran velocidad. Algunos jóvenes desesperados trataron de salir escalando por el lateral del callejón hasta la grada, siendo ayudados por los vecinos del pueblo que se encontraban en ella. Sin embargo, medio centenar de jóvenes quedaron atrapados debajo sin poder avanzar.

La tensión y los nervios también se trasladaron a los espectadores que esperaban sentados la llegada de las vaquillas. Muchos de ellos no lo dudaron, saltaron al ruedo para ayudar a los jóvenes tirando de sus brazos y piernas para liberarles lo antes posible, aunque sin éxito. Las vaquillas alcanzaron el tapón de personas y empezaron a dar los primeros sustos. Muchas de ellas embistieron a los jóvenes, que no tuvieron otro remedio que protegerse la cabeza. Ante esta situación de pánico, los mozos que controlaban las vaquillas consiguieron reconducir los animales.

A pesar del accidente, no se ha lamentado ningún herido

A pesar de algunos golpes y heridas, aparentemente nadie resultó herido de gravedad. El personal de los servicios sanitarios indicaron que no tuvieron que atender a nadie. La población de Arrasate continuó celebrando sus fiestas populares tras el accidentado encierro con otra corrida de vaquillas en la plaza de toros para los más aficionados.