Un joven de 30 años murió este sábado por la tarde después de caer de un tercer piso, a una altura de unos seis metros, cuando intentaba entrar en su casa por el balcón en el núcleo urbano de Portocolom, en el municipio mallorquín de Felanitx. El chico, que trabajaba de cocinero en un restaurante cercano, cuando volvía a casa después de su turno se dio cuenta de que se había dejado las llaves y decidió subir hasta una de las ventanas atando unas toallas. Estas cedieron, provocando que cayera al vacío.

El fuerte golpe contra la acera alertó a los vecinos que lo vieron tendido en el suelo, inconsciente, y llamaron a los servicios de emergencias, que recibieron la alerta cuando pasaban cuatro minutos de las siete de la tarde. Hasta el lugar, una vivienda situada en el número 12 de la calle Sípia, se trasladaron patrullas de la Guardia Civil y ambulancias medicalizadas del 061. Cuándo llegaron, el joven había entrado en parada cardiorrespiratoria a causa de las graves heridas que había sufrido al golpearse después de caer de una altura considerable, y los facultativos sanitarios no consiguieron reanimarlo. Finalmente, después de practicarle durante un rato las maniobras de reanimación cardiopulmonar, tuvieron que decretar su muerte.

Conmoción por la muerte del joven

Los agentes de la Guardia Civil que se personaron en su domicilio hicieron una primera inspección ocular del lugar y encontraron las toallas que había utilizado para intentar escalar hasta el balcón del tercer piso, concluyendo que se había tratado de un desafortunado accidente. La consiguiente investigación reveló que se dejó las llaves, y que este había sido el motivo de su temeridad.

Por su parte, el restaurante en el cual trabajaba el chico, el Bocoi, permanecerá cerrado hasta este miércoles en señal de duelo por la muerte de uno de sus cocineros.