La mayoría de veces que se detiene a alguien es gracias a las pistas que ha dejado mientras cometían el delito, pero a veces se delata incluso antes de hacer nada ilegal, como le ha pasado a un ladrón en Girona. El delincuente tuvo mala suerte, fue detectado por agentes fuera de servicio  mientras estudiaba las bicicletas que había estacionadas por la calle, cosa que los policías encontraron sospechosa y les hizo avisar a sus compañeros de paisano, que siguieron al hombre, de 20 años, con antecedentes previos y de origen marroquí, según ha podido saber ElCaso.com, hasta que este se atrevió a intentar robar una bici, momento en el que se le detuvo antes de que pudiera irse.

Los hechos tuvieron lugar el pasado lunes 6 de octubre en la plaza Independència, cuando, alrededor de las doce del mediodía, dos Mossos fuera de servicio se fijaron en un hombre que prestaba mucha atención a las bicis que había estacionadas. Los policías encontraron sospechosa la actitud del joven, deduciendo que podía estar pensando en robar alguna de las bicis, y por si acaso, decidieron avisar a una patrulla de agentes de paisano que se encontraba de servicio en aquellos momentos. Los agentes llegaron rápidamente y empezaron a seguir al sospechoso, vigilando sus acciones.

Cazado in fraganti

Después de caminar un rato, hasta llegar a la calle Argenteria, el hombre vio dos bicicletas apoyadas en la pared de un comercio dedicado precisamente a este tipo de vehículos, y, viendo que los propietarios estaban distraídos dentro de la tienda, no perdió tiempo y se lanzó rápidamente a robar una de ellas. No contaba, sin embargo, con que tenía detrás agentes de paisano esperando precisamente a que intentara cometer un delito para detenerlo in fraganti, y, efectivamente, eso es lo que pasó. Cuando el ladrón se disponía a marcharse, uno de los agentes lo detuvo e inmediatamente lo arrestó, mientras que el otro entró en la tienda a avisar a la propietaria, que agradeció a los agentes su trabajo y les reveló que la bici que habían intentado robar tenía un valor de unos 5.000 euros. El ladrón quedó detenido por un delito de hurto y pasó a disposición judicial, mientras que la propietaria pudo recuperar la bicicleta gracias a la vigilancia y el instinto de los agentes.