Desde las seis de la tarde de este sábado y hasta la madrugada de domingo los Mossos d'Esquadra -junto con la Policía Nacional española, las diferentes policías locales y Transports Metropolitans de Barcelona (TMB)- han llevado a cabo una nueva redada Kanpai contra la multirreincidencia en la red del metro de la capital catalana, así como de Badalona, Sant Adrià de Besòs, Santa Coloma de Gramenet, L'Hospitalet, Cornellà, El Prat y Esplugues de Llobregat, con cerca de 300 agentes haciendo controles en las estaciones para filtrar a los "delincuentes persistentes activos", según ha explicado Eugeni Tarjuelo, jefe del Àrea Regional de Transport Urbà de los Mossos, que ha coordinado toda la operación.
Durante las casi doce horas que los agentes han estado sobre el terreno se han comprobado centenares de títulos de transporte, el primer paso en el cribado para tratar de localizar a los delincuentes multirreincidentes: los viajeros que no los tenían validados eran identificados, sancionados y, en algunos casos, registrados por los Mossos, lo que ha dado un resultado de 103 denuncias administrativas por llevar sustancias estupefacientes, armas y otros objetos prohibidos -como espray pimienta e, incluso, un destornillador-, por faltas de respeto a agentes de la autoridad y por negarse a identificarse; por otra parte, hay catorce personas detenidas con un total de 104 antecedentes, y otras trece, con 65 antecedentes, bajo investigación.
Catorce detenciones y más de un centenar de denuncias en una sola noche
Con respecto a las detenciones, se han hecho cuatro por delitos de hurto; dos por robo con violencia e intimidación; cinco por requerimientos judiciales; dos por atentados a agentes de la autoridad; y uno por un tema de extranjería. Las trece personas investigadas lo están por, en caso de once de ellos, apropiación indebida (cuando no se puede demostrar in situ que lo que llevan encima es robado); un delito de hurto leve; y uno por salud pública. El desglose de las 103 denuncias es el siguiente: 88 actos por drogas, doce por armas y objetos prohibidos, dos por falta de respeto y uno por no querer identificarse.
Paralelamente a las paradas de metro, también se han hecho controles en la estación de França de Barcelona, teniendo en el punto de mira aquellos autobuses que tienen su destino o acaban de llegar de "zonas calientes", como puede ser Marsella, vinculada a mafias de tráfico de armas y de marihuana; en estos casos, la Unidad Canina se ha dedicado a inspeccionar los equipajes de los pasajeros para asegurarse de que no habían guardado nada ilegal.
Con todo, durante una sola noche se han hecho más de 13.600 inspecciones para garantizar la seguridad de los usuarios del metro y "dar un golpe sobre la mesa" para atacar la multirreincidencia. "Queremos demostrar a los delincuentes persistentes activos que no pararemos de hacer todas las acciones necesarias para dificultar sus acciones y acabar con la impunidad con la que actúan", ha aseverado Eugeni Tarjuelo.