El uso de armas de fuego en Estados Unidos y la facilidad con la cual se puede conseguir una licencia para tener una provoca que sean muchos los sucesos que se producen con ellas y que acaban con víctimas mortales. Tiroteos como los que esta semana se han producido en el metro de Chicago o en un instituto de Georgia, con cuatro muertos en cada uno, se han convertido en habituales y han levantado una gran polémica en el país. Uno de los grandes problemas que existen, además, es el acceso que pueden tener los menores y que muchas veces puede acabar con una muerte accidental. Eso es lo que ha pasado en la ciudad de Lehi, en Utah, donde un niño de 8 años se ha matado disparándose un tiro en la cabeza por accidente con una pistola.
Los hechos tuvieron lugar el pasado lunes por la tarde, cuando el menor iba en coche con su madre y pararon en una gasolinera. La mujer estacionó el vehículo en el aparcamiento y entró un momento en el establecimiento, dejando al niño solo en el coche, pensándose que solo serías unos minutos y no pasaría nada. El problema es que debajo de uno de los asientos había una pistola. El menor la cogió y apretó el gatillo, disparándose un tiro en la cabeza de manera accidental. Rápidamente, se alertó a los servicios de emergencias y lo llevaron al Hospital Infantil Primario de Salt Lake, pero acabó muriendo horas después por la gravedad de la herida. La Policía de Lehi abrió una investigación de los hechos y ha determinado que fue un disparo "involuntario y autoinfligido".
Más de 11.000 muertos por arma de fuego en Estados Unidos este 2024
Según datos de la organización Gun Violence Archive, ya son más de 11.500 personas las que han muerto por armas de fuego desde inicios de 2024 en Estados Unidos, 166 de los cuales eran menores de 11 años. El cirujano general de Estados Unidos, Vivek Murthy, ha declarado que la tasa de mortalidad por armas de fuego entre los jóvenes del país es seis veces superior a la de Canadá, 23 a la de Australia y 73 a la del Reino Unido. De hecho, en el año 2020 las heridas por arma de fuego superó a los accidentes de tráfico como la principal causa de muerte entre niños y adolescentes en Estados Unidos.