Una multa de 2.520 euros y una indemnización de 65.000 es todo a lo que ha sido condenado E. C. N., el hombre que el 2 de noviembre de 2023 dio un puñetazo al taxista Carlos Ríos durante una discusión de tráfico en Barcelona. Ríos cayó al suelo y sufrió una fractura craneal que le provocó la muerte, pero, según la sentencia, que considera que fue un delito de homicidio por imprudencia menos grave y lesiones leves, no fue la agresión la que puso fin a la vida de la víctima y, por lo tanto, el motorista solo ha tenido que hacer frente a una penalización económica en vez de a los cuatro años de prisión que pedían para él la acusación particular y la Fiscalía. Ahora, han recurrido la sentencia, que consideran "absurda, incongruente, ilógica y abiertamente contraria a la prueba practicada".

El recurso de apelación plantea que ha habido errores en la valoración de la agresión, que fue un puñetazo con un guante de motorista con protecciones, y que esta "obvia partes relevantes y claras del relato de algunos testificales, que permiten sostener la acusación por delitos más graves." "La muerte de Carlos es el resultado de una acción imprudente ejecutada por el acusado, sin que sea posible atribuir su realidad al infortunio," han añadido, y señalan que "La diferencia de un guante de moto con protecciones y un puño americano es mínima".

Una discusión de tráfico con resultado mortal

Hacia las diez de la noche del 2 de noviembre del 2023, Carlos Ríos y E. C. N. se enzarzaron en una discusión cuando se detuvieron en un semáforo en rojo en la Travessera de les Corts, en el distrito de Les Corts de la capital catalana. El acusado estaba haciendo un reparto de comida a domicilio, acompañado de su pareja, cuando la víctima le gritó, iniciándose una discusión -ya fuera de sus vehículos- que escaló hasta la agresión física. Según el motorista, Carlos Ríos le golpeó el casco, momento en el que "le empujó con la mano izquierda abierta", según la versión de E. C. N., lo que contrasta con el argumento de la acusación, que habla de un "puñetazo directo a la cara con un guante de motorista reforzado y con protecciones".

Carlos Ríos cayó inconsciente al suelo con una "fractura en la sien esfenoidal derecha" y fue evacuado al Hospitl Clínic, donde acabó muriendo días después. E. C. N. quedó en libertad con medidas cautelares, como la retirada del pasaporte y el DNI, la obligatoriedad de presentarse cada semana ante los juzgados y la prohibición de acercarse a menos de 500 metros de la familia de la víctima.