Nuevo naufragio, esta vez en Sicilia (Italia). Siete personas habían desaparecido en un velero que se ha hundido este lunes frente a la localidad de Porticello, en Palermo, y los servicios de emergencias han desplegado un gran operativo formado por los buzos del cuerpo de bomberos y patrulleros y helicópteros de la Guardia Costera italiana. Los efectivos desplegados han hallado en el interior del casco de la nave, a 49 metros de profundidad, el cadáver de uno de los siete desaparecidos y sigue la búsqueda de los otros seis, que podrían haberse quedado atrapados en los camarotes.
Entre los siete desaparecidos, de los que ya se ha recuperado el cuerpo de uno de ellos sin vida, se encuentran un miembro de la tripulación y otros seis turistas, de nacionalidades británica, canadiense y estadounidenses, han explicado varios medios locales italianos. El naufragio del velero, llamado Bayesian y de bandera británica, se produjo sobre las cinco de la madrugada cuando se encontraba en mar abierto, aunque no lejos del puerto. Al parecer, un fuerte tornado rompió el mástil principal y esto habría provocado el desequilibrio de la embarcación, que volcó y acabó hundiéndose.
Grupo de turistas y tripulación
La Guardia Costera italiana ha intervenido tras el hundimiento del velero este lunes. La embarcación tenía unos 50 metros de eslora y llevada a 22 personas a bordo: diez tripulantes y doce pasajeros. De estos fueron rescatados un total de quince, aunque siete desaparecieron, seis turistas y un marinero. El velero era de un grupo de turistas que habían elegido Sicilia para pasar sus vacaciones y los supervivientes que ya han desembarcado son en su mayoría ciudadanos ingleses, pero también hay un neozelandés, un irlandés y otro de Sri Lanka.
El operativo de rescate para dar con los seis desaparecidos tras el hundimiento del velero, supuestamente, por un fuerte tornado que rompió el mástil principal, continúa activa en la costa italiana, frente al puerto de Porticello, en Palermo. Los buzos inspeccionan el casco hundido del barco que se encuentra a 49 metros de profundidad y la Guardia Costera ítala sigue con patrulleros y helicópteros peinando la zona.