Un recluso del centro penitenciario de Albocàsser (Castelló) ha fallecido en la madrugada de este pasado domingo en la celda que ocupaba tras prenderle fuego a su colchón, según han confirmado a Europa Press fuentes de Instituciones Penitenciarias (IIPP).
Modus operandi en el centro
Se trata del tercer preso que provoca un incendio en sus celdas en el módulo de aislamiento de este centro en el último mes, el primero que ha fallecido como consecuencia de estas acciones. La autopsia determinará las causas de la muerte.
Según IIPP, los hechos se produjeron en torno a las 5.00 horas de la madrugada del sábado al domingo en el módulo de aislamiento, donde se encontraba el interno en régimen cerrado en primer grado y además ocupaba una celda acristalada bajo la vigilancia de otro preso.
Desde IIPP han apuntado que el interno que le acompañaba avisó a los funcionarios al percatarse del humo en la celda al mismo tiempo que sonaron las alarmas.
Los trabajadores actuaron con la mayor rapidez posible para acceder a la celda, donde se encontraron al recluso inconsciente en la zona de la ducha. Según han aseverado las mismas fuentes, aunque se trasladó al preso a la enfermería, ya no se pudo hacer nada por su vida.
Tras este tercer incidente, el sindicato CSIF ha subrayado en un comunicado la "necesidad de soluciones urgentes" y ha pedido que "se incrementen con celeridad tanto los medios humanos y materiales como los jurídicos para poder actuar con garantías en este tipo de casos".
Arrancan el corazón y genitales a un pedófilo en una cárcel en Brasil
Un hombre condenado por la violación de una menor fue asesinado en la Prisión Pública Cruzeiro do Oeste en Brasil. Después del crimen, le cortaron el pene y le arrancaron el corazón con un cepillo de dientes.
Según Daily Star, Alex Sandro de Souza Mota, de 30 años, fue encontrado muerto con los genitales cortados dentro de la boca. El corazón fue encontrado en un cubo de basura.
Alex Sandro cumplía condena por violar a su hijastra de cinco años.
La policía brasileña ya identificó a los tres presos implicados, que tienen entre 22 y 31 años. Uno de ellos apuñaló al hombre en el cuello, los otros dos mutilaron el cuerpo. Uno de los implicados, que compartía celda con el fallecido, confesó el crimen y, como justificación, dijo que cometió el asesinato porque estaba obedeciendo las órdenes de las voces en su cabeza.