Los ladrones de Barcelona cada vez inventan técnicas más enrevesadas para salirse con la suya. Este fin de semana, sin ir más lejos, los Mossos d'Esquadra han detenido a dos de estos manguis, un hombre de 29 años y una mujer de 25, de origen latinoamericano, que entraban en locales de ocio del distrito del Eixample y, aprovechando las aglomeraciones, se hacían con los teléfonos móviles de los clientes. Lo curioso de todo es cómo escondían los dispositivos para no ser detectados: el hombre se los metía dentro de los calzoncillos antes de abandonar las salas.
Estos singulares robos han tenido lugar este domingo por la noche. La pareja de ladrones, que acumulan un total de once antecedentes por hurtos y robos, entraban en varios bares y locales de ocio nocturno del Eixample de Barcelona, como si fueran unos clientes más. No obstante, no se acercaban a la barra en ningún momento y no consumían nada; en vez de eso, se perdían entre la multitud, como buscando a alguien, y aprovechaba los inevitables empujones que ocurren en espacios reducidos con mucha gente para extraer los móviles a las víctimas sin que estas se dieran cuenta de ello.
Detenidos por los Mossos d'Esquadra
En total, consiguieron robar siete móviles de alta gama, la mayoría de la marca Apple, antes de ser detenidos. A una patrulla del Grupo Regional de Delincuencia Urbana, los Fura de los Mossos d'Esquadra, que trabajan de paisano, les llamó la atención el comportamiento de los dos individuos: vieron cómo la mujer, después de perderse entre la gente, volvía donde estaba su compañero y le pasaba alguna cosa que este escondía dentro de los calzoncillos. Decidieron seguirlos, y, finalmente, los pillaron con las manos en la masa mientras cometían el último robo.
Los dos fueron arrestados in situ acusados de un delito de robo. El valor de los teléfonos sustraídos ascendía a los 5.600 euros. A estas alturas solo uno de los siete móviles ha podido ser devuelto a su propietario legítimo, y se busca al resto.