No es la primera vez que se denuncia, pero cuando la gente le ve las orejas al lobo, vuelven a oírse las lamentaciones. Y por suerte, esta noche, en la comisaría de los Mossos d'Esquadra del distrito de Sant Martí, en Barcelona, nadie se ha resultado herido. Pero uno de los agentes que estaban en la zona de los hechos en el momento que el hombre de nacionalidad rusa de 36 años ha entrado a la recepción de la comisaría armado con un cuchillo, lo tiene claro: "Habría podido hacer lo que hubiera querido". Los agentes de esta comisaría, en la calle de Bolivia, lamentan la falta de seguridad en una zona, la del distrito de Sant Martí, que cada vez está peor.

Según ha podido saber ElCaso.com, el acceso en esta comisaría se hace por una puerta que no tiene apertura automatizada y, por lo tanto, en el 99% de las ocasiones está abierta, de libre acceso desde la calle, al contrario que con otras comisarías de los Mossos, donde el agente, desde la puerta, abre con un portero automático. Al mismo tiempo, cuando se accede a la recepción, las medidas de seguridad tampoco son las adecuadas, recuerdan a este medio a los agentes que trabajan en esta comisaría. La cristalera que separa al policía de la puerta es corredera y se tiene que abrir si se quiere oír qué dice el ciudadano. Y no solo eso, desde el exterior, el ciudadano podría hacer correr la cristalera y tener acceso directo al policía que hace tareas de puerta y recepción.

Problemas de seguridad en la antigua comisaría de Sant Martí

La recepción de esta antigua comisaría -está previsto que el primer trimestre de 2024, después de una inversión de 23 millones de euros, se pueda inaugurar el nuevo equipamiento policial del distrito- tampoco cumple con las medidas de seguridad adecuadas y la puerta que daría acceso a las dependencias policiales interiores es de chapa, que no resistiría ningún tipo de ataque por parte de un ciudadano hostil, como en el caso de esta noche, con el exmilitar ruso que ha accedido a la comisaría con un arma blanca. Es más, si bien en otras comisarías hay detectores de metales, en esta de Sant Martí, no hay.

Fuentes oficiales aseguran que la rápida reacción de los agentes que estaban en la zona ha impedido una desgracia. Le han ordenado, con las armas apuntándolo, que entregara el arma blanca, y lo ha hecho. Con todo, sin embargo, aseguran que la organización de la recepción, el asaltante de esta noche habría podido hacer lo que hubiera querido y los policías no habrían tenido más remedio que abrir fuego si lo hubieran querido parar y evitar que pudiera acceder al interior de la comisaría, en la zona reservada para policías.

Imagen del cuchillo que llevaba al hombre que ha asaltado la comisaría de Sant Martí / Cedida

El hombre que esta noche ha accedido a la comisaría de Sant Martí con el cuchillo cárnico es conocido de la policía y ya tiene, en su currículum, varios antecedentes por problemas. A pesar de su pasado como militar vinculado a milicias chechenas, ahora mismo sufre un trastorno psiquiátrico y tiene problemas de adicción a las drogas, según han explicado fuentes conocedoras del historial del hombre detenido. A pesar de su nacionalidad y su pasado, los Mossos d'Esquadra descartan cualquier tipo de vinculación del hombre con ninguna acción terrorista o de violencia política.

Después de ser detenido ha sido trasladado a la comisaría de las Corts y la investigación la asumirá la Unidad de Investigación de la comisaría de Sant Martí, a la espera de poder interrogarlo, aclarar si tenía alguna motivación para entrar armado en la comisaría y después para poder entregarlo al juzgado de guardia.

Incidentes con arma blanca en comisarías

No es uno hecho habitual, pero no es la primera vez que una persona entra, armada, en dependencias policiales en Catalunya. Hay que recordar el caso de agosto de 2018 cuando un hombre entró con un cuchillo en la comisaría de Cornellà e intentó acceder a la zona restringida. La agente de los Mossos que estaba en la puerta, y después de que el hombre hiciera proclamas de carácter yihadista, abrió fuego y le pudo abatir antes de que hiciera daño a nadie.