La Policía Nacional ha desarticulado una organización criminal internacional con base en Barcelona dedicada al cultivo y tráfico de marihuana, con grandes plantaciones de la droga escondidas en naves agrícolas y ganaderas diseminadas por varios puntos del Estado español, en concreto, en Albacete, València y Teruel. En el interior de estas naves, custodiadas con armas de guerra, encontraron 3.300 plantas de maría, además de 85 kilos ya preparados para la venta. Los integrantes de la banda, ciudadanos de países de Europa del Este, se desplazaban regularmente desde la capital catalana, donde habían establecido su residencia, hasta estos cultivos, y estos frecuentes viajes pusieron a la policía sobre la pista de los delincuentes.
Las indagaciones de la policía española arrancó en diciembre del 2023, siguiendo la pista de unas informaciones sobre la posible existencia de una organización que había alquilado una nave ganadera al municipio de La Gineta, en Albacete, donde se dedicarían, presuntamente, al cultivo intensivo de marihuana. El dispositivo de vigilancia en torno a los terrenos donde se ubicaba la explotación revelaron movimientos sospechosos de personas que llegaban con coches de alquiler desde Barcelona, pasaban varias horas en el interior de la nave para después marcharse por donde habían venido.
El mismo patrón se detectó en las localidades de Utiel y Fuenterrobles, en València, así como de Calaceite, en Teruel, y se pudieron identificar los diez miembros que formaban la organización, así como los testaferros que utilizaban para alquilar las naves agrícolas y ganaderas y los vehículos que utilizaban para llegar a las plantaciones.
Estructura piramidal, integrantes extranjeros
En la cúspide del grupo criminal había dos personas, los líderes de la banda, los dos de nacionalidad serbia. Ellos eran los encargados de coordinar y de controlar la actividad del resto de miembros. En el segundo peldaño había un hombre de nacionalidad española y otro de origen armenio, que visitaban a menudo las naves y hacían las tareas de logística y de mantenimiento eléctrico de las diferentes naves donde escondían las plantaciones. El tercero y último peldaño estaba compuesto por personas de nacionalidades diversas - serbios, croatas y polacos - que residían en los cultivos y se encargaban del mantenimiento, recolección y vigilancia de la droga.
Una vez identificados todos los miembros del grupo, se procedió a la entrada y registro de sus domicilios, así como de las naves donde tenían las plantaciones, y se detuvo a los implicados. Las naves estaban equipadas con sofisticados centros de producción con las últimas tecnologías para poder optimizar el crecimiento y la calidad de la droga.