El juicio contra Cristina Rivas, la mujer que confesó asesinar a su hija Yaiza en Sant Joan Despí en mayo del 2021, ya está visto por sentencia. En una última intervención antes que el jurado popular de la Audiencia de Barcelona se retirara a deliberar, la acusada ha querido pedir disculpas por el crimen. "Ojalá hubiera sido yo quien ahora estuviera muerta y no mi hija", ha dicho en un último intento por evitar pasarse años entre rejas. Hay que recordar que después de matar a su hija, la mujer se intentó suicidar, pero le pudieron salvar la vida. La Fiscalía y la acusación particular piden para ella prisión permanente revisable, mientras la defensa pide la absolución.
Un crimen premeditado y estudiado desde meses antes
Antes de la última intervención de la madre de Yaiza, las partes han transmitido al jurado sus informes finales. Tanto la Fiscalía como la acusación particular han calificado a la acusada de "mentirosa" y "narcisista", asegurando que la mató porque no soportaba que el padre de la menor amara más a la niña que a ella. La abogada de la acusación particular he negado cualquier evidencia que apuntara hacia una posible depresión o trastorno mental que la hubiera llevado a cometer el crimen, como también han declarado tanto el padre de la menor como investigadores o psicólogos que habían tenido contacto con la acusada.
El fiscal ha expuesto que actuó con "rabia" después de que él se negara a reanudar la relación para empezar una con otra mujer y que lo planificó todo con detalle. En este sentido, los investigadores han expuesto en el juicio que el dinero que había puesto en los sobres con las cartas de despido lo había empezado a retirar cuatro meses antes. Además, también se pudo comprobar que semanas antes había hecho búsqueda de varios casos de muertes de niños a manos de sus progenitores, como los casos de Asunta Basterra, a quien mataron a sus padres; Gabriel Cruz, a quien mató a su madrastra; o Tomás Gimeno, que mató a sus hijos y los tiró al mar en Tenerife.
La madre niega que la matara para vengarse del padre
Por su parte, la madre de Yaiza ha mantenido durante el juicio la confesión que hizo en su día. Según explicó, durmió a la niña con unas pastillas y, posteriormente, cuando ya estaba indefensa, la asfixió. Después se tomó 90 pastillas para suicidarse, a pesar de que a ella le pudieron salvar la vida en el hospital. Su defensa ha argumentado que el crimen se produjo en el marco de una fuerte depresión provocada por el carácter "posesivo" del padre hacia la pequeña, negándose a que su familia la pudiera ver y maltratándola psicológicamente desde que estaba embarazada.
La mujer, según la defensa, habría decidido matarla solo tres días antes del crimen por el "miedo insuperable" al hecho de que solo quisiera estar con la nueva pareja de su padre y "pudiera perder el rol de madre". Con todo, ha asegurado que no actuó para vengarse de él. Con las versiones de las dos partes expuestas, ahora será el turno del jurado popular de la Audiencia de Barcelona, que tendrá que analizarlas y deliberar sobre cuál será la condena final.