Los detectores que hay en las puertas de algunas tiendas son un misterio. A veces saltan sin motivo cuando entra un cliente, y otras suenan cuando uno de ellos abandona la tienda, pero ninguno de los trabajadores les hace caso. En ocasiones, sin embargo, funcionan como es debido y permiten detectar ladrones, que es justamente lo que le pasó a un hombre que decidió robar en Barcelona y le salió el tiro por la culata cuando una patrulla de la Guardia Urbana lo vio justo cuando salía. El cuerpo no ha revelado más información sobre el detenido, como la edad o la nacionalidad.
Los hechos tuvieron lugar sobre las doce del mediodía de ayer, viernes 24 de octubre, cuando un hombre entró con una mochila en el Zara de la calle Pelai, la cargó de ropa y se marchó del local como si nada. No parecía que ningún trabajador se hubiera dado cuenta de lo que había pasado, y el robo podría haberle salido bien si no fuera por un pequeño detalle. Al salir de la tienda, el hombre pasó entre los arcos detectores que había en la puerta, los cuales empezaron a sonar, avisando de que el hombre se llevaba algo que no había pagado.
Atrapado en las puertas
El ladrón, desafortunado, no tuvo tiempo ni de inventarse una excusa ni de correr ni de hacer cualquier otra cosa, ya que, justo cuando salía del local y saltaba la alarma, cruzaba justo por delante una patrulla de la Guardia Urbana que, al ver la situación, interceptó inmediatamente al sospechoso, sin esperar a ver si echaba a correr o qué hacía. Los agentes cogieron la mochila del hombre para revisar qué tenía dentro, y cuando la abrieron se encontraron con varias prendas de ropa de la tienda que había guardado sin pagar, y que juntas tenían un valor aproximado de unos 600 euros. Gracias a la rapidez de la intervención policial, se pudieron devolver inmediatamente los objetos robados y el hombre fue detenido acusado de hurto.