Este domingo de madrugada, los vecinos del número 23 de la calle de Cornellà Modern, en el barrio del Pedró de Cornellà de Llobregat (Baix Llobregat) se desvelaron con los gritos de Lida, una mujer de 39 años y originaria de Honduras, que hacía tiempo que vivía allí con su marido, de 34 años, también hondureño, la hija pequeña y algunos otros familiares. Oír la pareja discutir era, desgraciadamente, algo habitual para el resto de inquilinos. Sin embargo, esta vez los gritos eran diferentes y algunos de los vecinos alertaron a los servicios de emergencia, alarmados por lo que podría estar sucediendo en el interior del piso. Al llegar los Mossos d'Esquadra, se encontraron con el peor escenario posible: Lida estirada en el suelo en medio de un charco de sangre, con media docena de puñaladas por todo el cuerpo; el marido, finalmente, había cumplido las amenazas que tantas veces le había proferido: poner fin a su vida.
Los agentes de la policía catalana, mientras esperaban la llegada de las ambulancias del Sistema de Emergencias Médicas (SEM), consiguieron reanimar a Lida, pero la esperanza de poder salvarle la vida duró poco. El corazón de la mujer volvió a detenerse a causa de la gran cantidad de sangre que había perdido, y las maniobras de reanimación de los sanitarios no produjeron efecto; Lida perdía la vida en medio de su casa, rodeada por su familia, quienes solo pudieron mirar, impotentes, cómo Daniel se abalanzaba sobre ella con un cuchillo de cocina.
Largo historial de maltratos
Los vecinos de Lida, en declaraciones recogidas por El Periódico, han confirmado que el hombre se mostraba violento con ella, gritándole incluso cuando bajaban a hacer la compra a la frutería de la esquina. "La insultaba, le gritaba y le decía de todo", comentan. Además, se trataba de un padre ausente; a pesar de vivir en este bloque, muchos de los vecinos no lo habían visto nunca, y solo sabían de su existencia por los insultos que resonaban por toda la escalera. A pesar de todo eso, Lida nunca presentó ninguna denuncia por maltratos, y el detenido no tiene ningún antecedente policial que diera a entender que la vida de su mujer podía correr peligro.
Durante todo el domingo, el edificio ha estado desbordado por la presencia policial. Los agentes entraban y salían con las pertenencias de los familiares que convivían con la pareja, así como de la niña de 2 años que presenció cómo su padre mataba a su madre. De hecho, el hombre no intentó huir, y los Mossos d'Esquadra lo pudieron detener in situ, confesando él mismo lo que acababa de hacer. El caso ha quedado en manos de la División de Investigación Criminal (DIC) de la Región Metropolitana Sur, quienes trabajan para reconstruir este terrible suceso.
Tres días de duelo oficial
El alcalde de Cornellà de Llobregat, Antonio Balmón, ha decretado tres días de duelo oficial, y ha suspendido los actos de celebración del Corpus del domingo en rechazo de este asesinato machista. Por otra parte, según la Guardia Urbana de Cornellà, unas 6.000 personas se han concentrado este domingo por la noche en protesta del feminicidio que ha sacudido todo el municipio, y los vecinos de Lida han dejado velas en la puerta de la casa, en recuerdo de esta mujer a quien todos recuerdan como "muy sonriente, simpática y agradable".