Lo detienen el martes. Pasa a disposición judicial y sale en libertad. Pasan tres días y lo vuelven a detener el viernes por los mismos hechos. Este es el resumen del historial delictivo más reciente de un joven de 24 años que durante esta semana se ha dedicado a robar tarjetas bancarias del interior de vehículos aparcados por las calles de Lleida. El rastro que dejaba al utilizarlas, sin embargo, permitió a los Mossos d'Esquadra pillarlo en ambas ocasiones. La última, la del viernes, en compañía de una chica de 20 años a quien utilizaba de cabeza de turco, ya que no tenía antecedentes, pero le salió el tiro por la culata: en todas las imágenes de las cámaras de seguridad se le podía ver tras su cómplice, dejando claro a los investigadores que quien dirigía el cotarro era él.

Los dos detenidos, cuyas nacionalidades los Mossos no han querido comunicar, están acusados de un delito de robo en interior de vehículo y de estafa bancaria. El jueves por la mañana se recibió una denuncia sobre un robo dentro de un coche aparcado en el Segon Passeig de Ronda, del que se llevaron una tarjeta que utilizaron en once ocasiones en varios establecimientos de la capital de Ponent, siempre por importes inferiores a 20 euros, cantidad a partir de la cual el datáfono pide el código de seguridad. Los agentes del Grupo de Delincuencia Urbana, los Fura, se hizo cargo del caso y detectaron rápidamente que el primer pago fraudulento se hizo a pocos metros de donde estaba estacionado el turismo, en una tienda de la plaza del Treball.

Lo habían detenido por lo mismo hacía tres días

Desde aquí, pidieron las imágenes de las cámaras de cada local donde detectaron el uso de esta tarjeta y pudieron reconocer al joven que, solo tres días antes, habían detenido por exactamente los mismos hechos. Además, también fue gracias al rastro que dejaba con el uso de la tarjeta -en aquel caso, en un bar- que lo pudieron localizar y pillar. A principios de semana actuó solo. No obstante, viendo que lo habían detenido y que lo tenían en el punto de mira, enredó a una segunda persona, a la chica de 20 años, para que hiciera las compras mientras él esperaba; no lo suficientemente lejos, sin embargo, para no ser grabado por las cámaras.

Con toda la información obtenida los pudieron rastrear hasta una sala de apuestas de la avenida Prat de la Riba, donde los detuvieron. Los dos pasarán pronto a disposición del Juzgado de Instrucción en funciones de guardia de Lleida. Habrá que ver si el hombre vuelve a salir en libertad y continúa con sus robos en vehículos de la ciudad.